Pintar con agua

Una técnica para ahorrar pintura y rebajar el grado de saturación de los colores
Por EROSKI Consumer 25 de julio de 2007
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Imagen: Brad & Kristine

Los colores generan sensaciones. No sólo los tonos, sino también el grado de saturación. Mientras el azul facilita la concentración, los colores cálidos, como rojos, naranjas o amarillos, crean ambientes acogedores. La combinación de colores da lugar a acabados originales. Jugar con ellos permite plasmar diferentes efectos en paredes y techos. Otra posibilidad es mezclar la pintura con agua para rebajar su intensidad, una medida que determina el nivel de saturación (fuerte o suave) del color.

Proporciones

La clave está en la preparación. Hay que mezclar la cantidad correcta de pintura y agua. De acuerdo a la técnica a la que se recurra –esponjado, trapeado o aguada- las medidas varían. En el primer caso, es aconsejable diluir una parte de pintura en diez de agua, si se quiere conseguir un tono fuerte. Para los tonos suaves, se recomiendan 30 partes de agua. En el trapeado, la proporción es de una parte de pintura por cinco (fuerte) o 25 de agua (suave), mientras que en la aguada se recomiendan 10 ó 20 partes de agua, en función del grado de saturación que se quiera alcanzar.

La mezcla se debe realizar en un recipiente cerrado hasta diluir por completo la pintura en el agua

La mezcla se debe llevar a cabo en un recipiente cerrado. Una vez realizada, se agita hasta diluir por completo la pintura en el agua. Si el recipiente es transparente, basta mirar el fondo del mismo para comprobar que no quedan restos de pintura. Para favorecer su disolución es preferible emplear agua templada. Ésta se puede medir en una jarra graduada que permita verter la cantidad exacta de líquido.

Utilizar los colores correctamente puede realzar el aspecto final de una habitación. Por ello, conviene hacer pruebas de color en una parte discreta de la pared antes de pintar toda la superficie. Hay que tener en cuenta, además, otros aspectos, como el efecto de la luz sobre el color o las dimensiones de la habitación. Los colores cálidos agrandan visualmente una estancia.

Aguada de color

Las pinturas al agua resultan muy prácticas para este tipo de trabajos. En general, los acabados son suaves y revelan las irregularidades de las superficies que se pintan, lo que se aprovecha para otorgarles una apariencia envejecida. La aguada de color es una técnica que se puede aplicar tanto en paredes de cemento o yeso como en madera. Permite destacar tonos oscuros sobre fondos pálidos o resaltar las vetas.

Es importante que los trazos se realicen con rapidez sin levantar la esponja de la superficie

En paredes, la aguada de color, en combinación con el uso de trapos o esponjas, crea diferentes efectos de gran estilo. Estos utensilios se utilizan para realizar trazados que dan lugar a formas originales. Se puede pintar con líneas rectas (verticales u horizontales), curvas, mediante la técnica del punteado o hacer marcas al azar. Para ello, se vierte la pintura sobre un recipiente, se moja el trapo o esponja y se aplica sobre la pared en el modo elegido.

Es importante que los trazos se realicen con rapidez sin levantar la esponja de la superficie. Asimismo, no es conveniente efectuar el trabajo en varias fases, ya que en este caso la pintura puede secarse y conseguir efectos diferentes. Además, cuando sean necesarias varias mezclas, habrá que utilizar la misma cantidad de agua y pintura en todas.

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