Poda ligera y poda fuerte sobre ejemplares leñosos

Los resultados, a largo plazo, son muy distintos
Por EROSKI Consumer 31 de marzo de 2005

Las razones que llevan a un jardinero a realizar la poda de un ejemplar pueden ser varias, desde mejorar la salud del mismo, eliminando ramas débiles, muertas o enfermas, a cuestiones meramente estéticas como dar la forma deseada a los árboles y arbustos del jardín.

Asimismo, la eliminación de partes de un ejemplar dañadas por plagas puede ser otra importante razón para desmocharlo, aunque en este caso será necesario aplicar tratamientos específicos para deshacerse de las plagas previamente. Si es posible, también deberemos alejar el ejemplar del resto de las plantas para evitar que la plaga se propague y posteriormente controlarlo para comprobar que el problema ha desaparecido.

Pero además de existir varias razones para llevar a cabo una poda, hay dos tipos de poda diferentes sobre las plantas leñosas:

–Poda ligera: es aquella que consiste en cortar los ápices de las ramas para favorecer el desarrollo de las yemas inferiores. El objetivo que se busca a largo plazo es disponer de una planta de menor altura pero considerablemente más densa que si no se hubiera podado.

–Poda fuerte: con ella se eliminan ramas enteras procedentes del tallo principal con el fin de desviar la energía hacia el resto de ramas. A largo plazo se obtiene una planta de gran tamaño y muy abierta. Con este tipo de poda también conseguiremos dar al ejemplar la forma deseada.

En función de los resultado que se pretenda obtener habrá que elegir cómo actuar sobre las plantas leñosas.

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