Proceso de instalación de una cortina

El ejemplo ilustrativo se centra en la disposición de una cortina veneciana en el despacho
Por EROSKI Consumer 14 de febrero de 2003

Las cortinas son un elemento decorativo y funcional casi indispensable dentro de cualquier casa. Además del inequívoco carácter ornamental, las cortinas son un complemento muy útil para ayudar a mantener el calor de la estancia y, obviamente, para proporcionar la intimidad necesaria.

La variedad de cortinas existentes es casi infinita, por lo que es muy importante estudiar las características de cada habitación de la casa y el propio ambiente que se quiere crear para realizar la mejor elección.

Como las posibilidades son tan amplias, la fórmula más recomendada consiste en centrarse en un tipo de estancia y apuntar las opciones que ofrece. Como ejemplo ilustrativo, en esta ocasión, la cortina se instalará en una estancia habilitada como despacho.

Se puede elegir entre varios tipos de cortina, pero tal vez el tipo más apropiado para el despacho resida en decantarse por una cortina veneciana. Este tipo de cortina es realmente más económico comparado con lo que son las tradicionales de tela, y se pueden encontrar en cualquier tienda de bricolaje o de material de oficina. Es conveniente fijarse en que el ancho de la cortina sea igual o ligeramente superior al de la caja de la persiana. Si es superior se puede cortar, pero siendo inferior producirá un mal efecto.

Para realizar el proceso de la instalación se ha elegido la opción de comprar una cortina algo superior. Se coloca la barra superpuesta en el lugar donde se debería instalar, se ajusta por un extremo y en el otro se marca con un rotulador el lugar donde debería realizarse el corte. Obviamente, el extremo que se va a cortar será siempre aquel en el cual no se encuentre el mecanismo de la propia cortina.

Se quita el embellecedor de plástico, se realiza el corte con una sierra para metales y se coloca de nuevo el embellecedor. Posteriormente se marca con un lápiz la parte del techo o de la pared en la que se van a fijar los soportes de la barra. Estas fijaciones deberán ser adquiridas en una ferretería una vez se haya medido el ancho de la barra de la cortina. Con la ayuda de un taladro se hacen los agujeros, en los que van metidos los tacos, se coloca la fijación, y atornillando el soporte quedará listo.

Después viene la tarea en la que se requiere mayor pericia, puesto que hay que enganchar la barra a los soportes, y también asegurar dicha fijación, moviendo la pestaña de la que disponen dichos soportes.

Con esta instalación de una cortina veneciana, el despecho ganará en mayor privacidad e intimidad, además de contar con un sencillo mecanismo para controlar la luz de la estancia.

Instalación de una cortina corriente

Colocar el riel de una cortina es un proceso muy sencillo. El primer paso a realizar consiste en poner a cada lado de la ventana, a la altura requerida, las pletinas de fijación. Lo más recomendable reside en ubicarlas a una distancia de unos 15 centímetros de separación respecto a las esquinas de la ventana.

Para fijar las pletinas será conveniente emplear un taco clavado a la pared, que sea capaz de soportar el peso del riel y de la cortina al colgar. Este paso hay que tenerlo muy presente, sobre todo si se trata de una cortina muy pesada. Luego se enganchará el raíl a las dos pletinas, y se comprobará que tirando de los cordones los enganches se mueven de un lado al otro.

Una vez hecha ésta comprobación, se colocará la cortina, volviendo a repetir la operación anterior para ver si circulan bien. También será recomendable verificar que el riel no se cede bajo el peso de la cortina.

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