Puertas y ventanas más seguras

Las cantoneras antipalanca y los cristales antirrobo son algunas soluciones para reforzar la seguridad en el hogar
Por EROSKI Consumer 20 de noviembre de 2003
Img puerta blindada
Imagen: Wrote

El miedo a los robos en el hogar ha favorecido la aparición de una amplia oferta de dispositivos de protección: desde los tradicionales cerrojos, a los más sofisticados sistemas de alarma. Aunque lo habitual es instalar una puerta blindada que proteja la vivienda, para mantener el hogar a salvo de ladrones no basta con centrar los esfuerzos en un único punto de la casa. Otras soluciones complementarias refuerzan la seguridad en puertas y ventanas.

Evitar derribos y «palancas»

En la gran mayoría de los robos que se registran en los hogares, la vía de entrada para los ladrones es la puerta principal. Por este motivo, la primera medida de seguridad que se debe tomar es reforzar este punto de acceso. Además de instalar una cerradura multipunto y una puerta blindada, es preciso asegurarse de que ésta no se pueda derribar ni desencajar. Las cantoneras antipalanca son una opción. Son láminas de hierro en forma de «L» que se colocan en el perímetro de la puerta para impedir que entre el marco y el batiente se introduzca cualquier herramienta que haga palanca. Su instalación es sencilla: se acoplan en la parte exterior de la puerta, pero se fijan con casquillos y tornillos por el otro lado del batiente.

En la mayoría de los robos en hogares, la vía de entrada para los ladrones es la puerta principal

Para evitar derribos, es fundamental comprobar que el marco de la puerta esté fijado de forma sólida y resistente a las paredes que lo sostienen. Resulta útil apretar las bisagras con un sistema antidesencaje. Así se neutraliza en gran medida cualquier intento de derribar o desplazar la puerta. Para instalar estos mecanismos de antidesencaje, con forma similar a la de un pivote, hay que perforar los orificios correspondientes en la jamba y fijarlos en los agujeros. Al cerrar la puerta, estos elementos de refuerzo se introducirán solos. Se recomienda instalar tantos mecanismos como bisagras.

Ventanas y contraventanas imbatibles

En general, una ventana que disponga de contraventana batiente para impedir el paso de la luz y el ruido es menos vulnerable a los ataques de ladrones que una ventana con persiana, ya sea de PVC o madera. No obtante, una de las soluciones más habituales para reforzar su seguridad son las barras fijas que se cierran con llave. Son frecuentes en los pisos inferiores de casas de campo o adosados. Además, algunas contraventanas disponen de cerrojos con varios puntos de anclaje que permiten abrir o cerrar las hojas de este elemento desde el interior de la vivienda, como si fuera una puerta de terraza o balcón. Es probable que el uso diario de estos mecanismos se antoje incómodo, pero son sistemas recomendables, en especial, si hay que ausentarse de la vivienda por periodos prolongados.

Una ventana con contraventana batiente es menos vulnerable a los ataques que las persianas

Si las ventanas no están protegidas con contraventanas y se encuentran en pisos bajos o de acceso fácil, las rejas son un elemento protector y disuasivo. Deben ser robustas y fijarse de manera sólida a la pared. Su estética es cuestionable. Por este motivo, instalar cristales antirrobos en las ventanas más indefensas es una alternativa al enrejado. Son muy gruesos, ya que están compuestos por un gran número de hojas, y de gran solidez. Resisten golpes de martillos, hachas y otros instrumentos de gran contundencia. Sin embargo, para que sean efectivos, el armazón de la ventana debe ser de carpintería maciza y contar con sistemas antipalanca.

Mirilla, un elemento imprescindible

La mirilla es una pieza de valor para la seguridad de un hogar ya que permite identificar a los visitantes antes de abrir la puerta. Aunque lo más habitual es que se instale de fábrica, es posible que no sea asi o que se cambie por otra con mayor ángulo de visión. Las mirillas más tradicionales se elaboran con latón. Son modelos con dos cilindros, uno para la lente, de cristal o plástico, y otro que la protege.

Para instalarla, hay que perforar la puerta con una barrena de las mismas dimensiones que la mirilla. Si se va a sustituir una pieza vieja, no hay que agujerearla, sino que se debe retirar la anterior. Después se introducen los dos elementos -primero el que contiene la lente- y, a continuación, se aprietan con un destornillador los puntos de cierre del cilindro exterior. La mirilla debe instalarse a una altura accesible para todos los habitantes de la casa y en una posición con un ángulo de visión óptimo.

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