Revestir una pared con tela

Esta tarea se simplifica si el tejido se encola sobre el muro en lugar de graparse
Por EROSKI Consumer 5 de septiembre de 2002
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Imagen: Zelman Menashi

Los revestimientos textiles son, junto con el papel pintado, una opción decorativa para las paredes que ha resurgido tras décadas en desuso. El entelado de una superficie proporciona un acabado original y cálido a la estancia. No es una tarea que destaque por su sencillez, pero el grado de dificultad se rebaja si la tela se encola en lugar de graparla. Como condición indispensable, la pared debe estar libre de humedades, limpia y sin irregularidades.

Preparación del soporte

La fase de preparación previa a la colocación del revestimiento es poco compleja ya que, a diferencia de la técnica del grapado -similar a la del tapizado de muebles, pero a gran escala- el encolado de la tela no requiere la instalación de bastidores de madera ni de muletones en todo el perímetro de la estancia.

Antes de revestir con tela, bastará con que las paredes estén limpias, secas y que su superficie sea lo más lisa posible. Si los muros tienen imperfecciones, como desconchones o perforaciones antiguas, conviene taparlos con productos de sellado. Para asegurar la adherencia de la tela sobre las paredes, es fundamental que en las zonas en las que se aplique la cola se limpie la pintura y no haya restos de papel antiguo. No es necesario encolar toda la superficie que se entele, sólo se distribuirá cola (de contacto, líquida especial o acrílica) en los bordes del perímetro de la estancia y en los márgenes de puertas y ventanas. Es aconsejable crear un camino de cola con un grosor de entre 15 y 20 cm. La cantidad de tela necesaria es similar al perímetro de la habitación, pero es recomendable guardar un margen de seguridad, de al menos 50 cm por cada metro lineal.

Instalación

Las telas que se utilizan para entelar muros son de gran anchura y se comercializan en rollos de dimensiones considerables, similares a la altura de una habitación. La forma de proceder para revestir las paredes con textil no es la misma que se emplea para el papel pintado. En este caso, se encola el soporte y el revestimiento, en lugar de colocarse en tiras, se superpone de forma continua. Para facilitar esta tarea, el tejido no se debe desenrollar.

La tela mural no se coloca en tiras, sino que se reviste de forma continua

El rollo de tela se coloca en posición vertical frente a los muros y, a medida que se avanza, la tela se suelta y se adhiere a la pared. Para asegurar un agarre correcto, conviene presionar las zonas encoladas con la mano o con una espátula, pero sin tensar en exceso el tejido. Si las paredes que se entelan tienen ventanas o puertas, se forran como si fueran un muro más y no se recorta su silueta. Una vez que toda la superficie está forrada, se enrasan de nuevo los bordes de cada pared con una espátula y se recorta la tela en bordes, ángulos y perímetro de aberturas (ventanas y puertas).

Telas murales

Cuando la tela se encola sobre la pared, no se necesitan bastidores de madera sobre los que grapar el textil ni muletones de espuma que le den más cuerpo. En este caso, son telas específicas para la tapicería mural que ya cuentan con una capa de espuma en su reverso. Algunos modelos tienen en la cara visible un refuerzo de polietileno para impermeabilizar el material o, incluso, un tratamiento especial para impedir que la tela absorba manchas o acumule polvo.

Para su mantenimiento, es recomendable pasar por el tapiz la aspiradora, a una velocidad baja, de forma regular. En caso de que se viertan líquidos sobre el tejido, se deben eliminar las manchas, de forma inmediata, con una bayeta humedecida en agua y jabón neutro.

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