Síntomas de las enfermedades más comunes de las cinerarias

Si los ejemplares reciben corrientes de aire frío sus hojas amarillearán
Por EROSKI Consumer 31 de enero de 2006

Si nuestras cinerarias comienzan a presentar hojas amarillentas normalmente las culpables serán las corrientes de aire frío, aunque también puede ser un síntoma de falta de riego, por lo que deberemos contrarrestar éstas carencias, fácilmente subsanables. En el primero de los casos bastará con buscarle una ubicación más adecuada. No obstante, deberemos tener en cuenta que si la cineraria no recibe corrientes de aire acortará su periodo de floración.

Si sus hojas amarillean por falta de riego las regaremos con mayor asiduidad, pero teniendo en cuenta la máxima que predica que siempre es más fácil solventar un problema de falta de riego, regando más, que de exceso de riego, lo que provocaría que debiéramos sacar el ejemplar de su maceta y colocar alrededor de su cepellón papel de cocina absorbente que absorba todo el exceso de agua. Las temperaturas superiores a 15 grados centígrados aceleran la muerte de las flores, por lo que tendremos especial cuidado al seleccionar su ubicación y el tiempo de exposición a los intensos rayos solares.

También es necesario evitar que la falta de agua reduzca el tiempo de floración. Tampoco es conveniente que la riegue en exceso o que disponga de un mal drenaje, porque acortará el ciclo de vida de sus ejemplares.

Sus mayores predadores son los pulgones, cuya aparición está favorecida por las altas temperaturas y un ambiente demasiado seco.

Cómo medida preventiva ante ésta plaga podemos colocar barritas insecticida sobre la tierra de sus plantas. Si los pulgones ya han aparecido pulverizaremos las cinerarias con un insecticida específico.

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