Las botellas de vidrio y cristal ofrecen muchas posibilidades decorativas. Si se tira de ingenio y creatividad, es posible crear con ellas adornos de lo más variados y bonitos. A continuación se enumeran algunas ideas, desde la posibilidad de convertirlas en candelabros con encanto hasta lámparas y floreros, pasando por variantes más originales, como exhibidores para fotos y recipientes para regalos. El artículo explica además un método casero para cortar botellas de cristal.
Botellas de cristal como candelabros con encanto
Las botellas como candelabros pueden conformar conjuntos muy cálidos y atractivos, sobre todo si son de distintos tamaños y colores
Una de las maneras más simples de emplear las botellas de cristal en la decoración es usarlas como candelabros. Esta idea es muy útil en situaciones en las que se ha ido la electricidad y hay que alumbrarse con velas. Para que la llama esté más arriba y alumbre mejor, en lugar de apoyar la vela en un plato, se coloca en el extremo de una botella. Pero ya no se trata de necesidad sino de belleza, como se observa en esta web.
El conjunto puede resultar muy cálido y atractivo, sobre todo si se ponen varias velas juntas en botellas de distintos tamaños y colores. En el caso de que las botellas sean todas iguales, lo conveniente, a efectos decorativos, será que las velas tengan distintas alturas. Con este recurso tan simple ya se tiene solucionada buena parte de la ambientación para una cena romántica u otro encuentro especial.
Lámparas y floreros con botellas
Sin salir de la línea de la iluminación, las botellas de cristal también dan mucho juego cuando se quieren crear lámparas con objetos reutilizados. Al colocar en su interior pequeñas fuentes lumínicas, como tiras de LED, se obtienen creaciones muy agradables, que sirven para adornar o revitalizar un rincón que de otra manera quedaría muy oscuro o sin encanto. Si se cuelgan del techo, el efecto es aún más sorprendente, y mucho más si se combinan con otros objetos a los que se les da una nueva vida, como antiguas ruedas de bicicletas, discos o cápsulas de café.
Si se han de colgar, las botellas también pueden tener otros usos decorativos, además de la iluminación. Un ejemplo es utilizar botellas como floreros, como se explica en la web A Beach Cottage, donde para ello se precisa de una cuerda. Hasta se pueden lograr creaciones más duraderas con flores y plantas artificiales y agua sólida, de manera que se genera una sensación de frescura, pero con una exigencia mucho menor de cuidados y atenciones.
Para emplearlas como floreros o recipientes para plantas, las botellas pueden estar apoyadas en un estante o la parte superior de un mueble. En todo caso, es posible decorarlas con pintura o bien con arena de colores, la cual se adhiere al cristal por medio de cola vinílica, tal como se detalla en este enlace. También se puede aplicar la técnica del decoupage.
Variantes más originales
Con pintura, arena de colores o la técnica del decoupage también se puede dar un bello aspecto a las botellas de cristal
Hay variantes más originales para reutilizar las botellas. Una de ellas es la de usarlas como exhibidores para fotos. Para este fin es necesario que el cristal sea transparente y no verde, marrón o azul, como los recipientes de algunas bebidas. Consiste en enrollar la foto para que quepa por la boca de la botella y que se despliegue luego, cuando esté en el interior. Se debe procurar que el tamaño de la foto sea el apropiado, de un ancho parecido al del recipiente y, si es posible, con formato vertical y no apaisado. En este enlace se observan algunos ejemplos.
Otra posibilidad muy creativa es la de hacer un regalo que juegue con la clásica idea del mensaje en la botella. De esta manera, si se guarda un papel o, mejor aún, un sobre con un papel dentro, el obsequio (una carta, una tarjeta, etc.) puede ganar mucho encanto. La botella, además, se puede decorar con una cinta, un lazo u otros adornos.
Existe un sistema casero y muy sencillo para cortar una botella de cristal. De este modo, se puede quitar la parte superior -el cuello y la boca- y conservar la inferior, que se puede usar como recipiente o bote con múltiples usos.
La técnica es la siguiente: se toma un hilo de algodón más o menos grueso, se empapa en alcohol y luego se ata alrededor de la botella a la altura en que se desee cortarla. Hecho esto, se prende fuego a la cuerda, se deja que arda durante unos pocos segundos y se introduce la botella, con la boca hacia abajo, en un recipiente con agua fría. La diferencia de temperaturas provocará que el cristal se corte de forma recta y fina justo en la línea donde estaba el hilo. En la web VeoVerde.com se explica el procedimiento paso a paso y se incluye un vídeo donde se observa una demostración del experimento.
Por supuesto, aunque es una prueba simple, hay que tomar las medidas de seguridad pertinentes, en particular limpiarse bien las manos tras manipular el alcohol y antes de encender el fuego, para evitar quemaduras. Para aumentar las precauciones, se pueden usar guantes protectores.
