El vino se consume como acompañante de los diversos platos en las comidas y cenas de muchos hogares. Por eso, el lugar donde se guardan las botellas que contienen esta bebida puede ser también importante, y hasta integrarse en la decoración de la cocina o de la estancia donde se coloque. Este artículo describe algunos modelos de botelleros, desde los más clásicos elaborados con listones de madera, hasta otros más originales construidos con tela y ladrillos bodegueros. También incluye consejos acerca de las posiciones y los sitios adecuados para guardar las botellas.
Madera para botelleros clásicos y tela para los más originales
Además de facilitar el orden y conservación de los vinos, los botelleros lucen bien en la cocina o en otras estancias de la casa cuando están fabricados con un diseño acorde a la decoración del lugar. Hay diferentes opciones de modelos y materiales, pero los realizados en madera son los que mejor combinan con todos los estilos decorativos. Esto se debe a la calidez propia de este material y a la naturalidad con la que se asocia el vidrio de la botella y la propia bebida.
En los botelleros con listones de madera se forman rombos para colocar las botellas, mientras que en los de tela se realizan costuras resistentes
El modelo de botellero más difundido y fácil de realizar consta de listones alineados horizontalmente o bien en diagonal, de modo que se crucen y formen rombos en los que se colocan las botellas. Su elaboración requiere tener en cuenta el espacio disponible y, en función de ello, calcular la cantidad de botellas que podrá albergar. Una vez preparados los listones, se unen mediante varillas de metal, que atraviesan las intersecciones perforadas con un taladro.
Una variante original y sencilla es un botellero para colgar en la pared, hecho con tela. Se debe elegir una tela fuerte y resistente y plegarla, para luego realizar costuras resistentes. Así se garantiza la seguridad de las botellas. Estas se colocan en los «bolsillos» que las costuras forman en los laterales del conjunto.
Para dar mayor seguridad a esta estructura, se puede pender la tela de una barra, como si fuese una cortina. Los extremos de la barra, si es posible, deben colgar de salientes o huecos en la pared. En caso de que no se pueda, habrá que sujetar los soportes a la pared con varios tornillos y tacos, ya que deberán sostener bastante peso, según el número de botellas.
Un botellero de ladrillos bodegueros
Otra alternativa es emplear los llamados ladrillos bodegueros que, como su nombre indica, están preparados para bodegas y depósitos de vino. Son unos ladrillos de corte exterior hexagonal, para que puedan apilarse unos sobre otros (esto da lugar a un conjunto parecido a un panal de abejas), pero también circular aire por dentro, en cuyo hueco caben las botellas. La cerámica con la que estos ladrillos están fabricados es el material más apropiado para aislar las botellas de las variaciones de temperatura del ambiente, que resultan perjudiciales para el vino.
El principal inconveniente para un botellero de estas características puede ser conseguir una escasa cantidad de ladrillos bodegueros, ya que se comercializan en lotes de grandes cantidades. Otra posible dificultad radica en que es un material pesado y que ocupa bastante sitio, por lo cual, si no se cuenta con mucho espacio, el botellero será bonito, pero con poca capacidad.
El botellero no debe colocarse cerca del horno, los fuegos de la cocina u otras fuentes de calor
Los vinos son muy sensibles a los cambios bruscos de temperatura. Por tal motivo, se debe procurar no colocar el botellero cerca del horno, los fuegos de la cocina u otras fuentes de calor. Tampoco es recomendable situarlo en la parte superior del frigorífico, ya que el calor del ambiente tiende a concentrarse allí, además de que las vibraciones de ese electrodoméstico puede alterar los sedimentos del vino y modificar su naturaleza. De la misma forma, hay que tener cuidado de no ponerlo demasiado cerca de una ventana, pues la acción de la luz directa del sol podría oxidar la bebida.
Los enólogos recuerdan que es conveniente guardar las botellas en posición horizontal para garantizar que el corcho permanezca húmedo e impida la entrada de aire en la botella. Sin embargo, si el tapón no fuese de corcho sino de otro material, como plástico o silicona, lo mejor es dejar las botellas en posición vertical, para que el vino no se contamine con el sabor de esos materiales.