Un acabado metalizado para los muebles de madera

La pintura metalizada permite restaurar un mueble con la modernidad del plateado o el tono clásico del oro o el bronce
Por EROSKI Consumer 6 de julio de 2004
Img mueble metalizado

Un mueble de madera se puede restaurar de muchas formas diferentes y darle así una nueva vida. La pintura metalizada es una excelente alternativa, ya sea que se opte por un diseño cercano a la “decoración industrial”, como lo posibilita la pintura plateada, o por un estilo clásico, con bronceados o dorados. Este artículo destaca la modernidad y el barroquismo que permite la pintura metalizada y explica cómo restaurar un mueble con ella.

Pintura metalizada: modernidad y barroquismo

La pintura metalizada otorga en ciertos casos un toque de modernidad a los muebles de una estancia y, en otros, los tiñe de un estilo casi barroco. En cualquiera de ambos casos, permite revitalizar muebles que han de restaurarse y a los que se desea dar un nuevo impulso como parte integral en la decoración. Este tipo de pintura también se usa para pintar paredes, techos y otros objetos.

La pintura metalizada se puede usar tanto para muebles como para techos y paredes

El color metalizado más elegido es el plateado, a tono con la llamada «decoración industrial». También existe la posibilidad de optar por el dorado o el bronceado, pero el resultado del uso de estas tonalidades es una decoración muy clásica, que necesita que el estilo del resto de la estancia sea muy acorde para no resaltar de manera negativa.

Para restaurar un mueble con pintura metalizada, lo primero lijar

Para restaurar un mueble y darle aspecto metalizado, lo primero que se debe hacer es lijarlo bien, ya que para esta clase de pintura se recomienda aplicar capas muy finas, y estas son muy sensibles a las irregularidades de la superficie donde se emplea. De modo que el proceso de lijado debe realizarse a conciencia, sin escatimar tiempo ni esfuerzos.

También es necesario corregir las pequeñas grietas, agujeros y otras imperfecciones de la superficie del mueble. Para este fin, se recomienda el uso de masilla de resina sintética y, si es posible, del mismo color que la madera original. Se deja secar y se vuelve a lijar. Si se descubren nuevas fisuras en la madera, se ha de repetir el proceso. Conviene dedicar la mayor atención a esta etapa del trabajo, ya que todo el esfuerzo que se ponga en dejar lisas las superficies se hará evidente en el resultado final.

Imprimación antes de la pintura

Luego es necesaria una capa de imprimación. Tras limpiar todos los restos de polvo y serrín generados al lijar, se aplica una mano de sellador acrílico. Para ello es conveniente el empleo de un rodillo de esmaltar. Se debe dejar que esta capa seque bien, durante al menos seis horas en un ambiente ventilado.

Lo más apropiado es aplicar la pintura metalizada en aerosol, pulverizada desde unos 40 centímetros

En ciertos casos, al aplicar la capa de imprimación se levantan nuevas partículas de la madera, lo que hace que la superficie vuelva a quedar porosa. Si esto ocurre, lo aconsejable es volver a lijar, aunque en este caso de manera ligera, con una lija del grano más fino posible (del número 000).

En este punto, la madera ya está lista para recibir la pintura metalizada que ha de darle su color final. Si bien se puede aplicar con rodillo y brocha, lo más práctico es el uso de pintura en aerosol. Para ello, lo importante es que la pulverización se realice desde una distancia uniforme. Se estima que lo conveniente es que sea desde unos 40 centímetros.

En función del número de capas que se dé, el color variará en su graduación, de menos a más intenso. De este modo, se pueden aplicar capas hasta obtener el color deseado.

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