La yuca es un ejemplar arbustivo también conocido como mandioca. Se trata de una verdura tropical que está formada por una masa de hojas rígidas espadiformes, en cuyo centro se alzan tallos erectos con flores campanuladas, principalmente de color blanco, aunque las hay de flores amarillas, verdes y violetas. Su raíz fibrosa es consumida como alimento.
Esta planta, perteneciente a la especie de las Liliáceas, es oriunda de América Central (México y Guatemala). Las temperaturas entre las cuales la yuca puede crecer sin problemas oscilan entre los 10º C y los 26º C. En verano es conveniente ubicarla al aire libre, y siempre sobre un suelo fértil y ligeramente arenoso para que drene.
La mejor época del año para aplicarle una capa de abono es a lo largo de la primavera. Asimismo, la yuca puede ser sembrada en cualquier época del año, dejando un metro de separación entre cada surco y planta. Respecto a sus necesidades de riego deberemos hacerlo de tal manera que nos aseguremos de que el suelo mantenga siempre cierta humedad, pero sin encharcarlo (es mejor que esté ligeramente seco que demasiado húmedo).
Deberá regar cuando perciba mediante el tacto que el sustrato se encuentra seco, aunque no se descuide, porque no mantiene mucho tiempo el sustrato ligeramente húmedo. En invierno disminuiremos la cadencia de riegos y en verano procuraremos pulverizar la planta una vez por semana, evitando mojar sus flores.
Respecto a sus necesidades de iluminación, lo que más le beneficia a esta planta es ubicarla en un lugar en el que esté a pleno sol, porque de lo contrario las hojas perderían su vigor.
La yuca es una importante fuente de carbohidratos y su follaje es utilizado para fabricar harinas industriales con un alto contenido en proteínas.
