Los pestillos de imán son aquellos en los que el sistema de apertura y cierre está regido por un imán, que se encuentra encajado en una carcasa de plástico. Esta carcasa se fija en la zona en la que se quiera colocar el cierre, en la puerta o en un lateral que entre en contacto con la misma. Para conseguir que la puerta quede totalmente cerrada el imán debe de entrar en contacto con una pequeña superficie metálica.
Ambas partes son muy sencillas de colocar, mediante unos pequeños tornillos que se adjuntan en este tipo de cierre, que habitualmente se vende en kit. Su sencillez de colocación lo convierte en una estupenda opción, pero ha de tenerse en cuenta que no se trata de un pestillo capaz de soportar puertas de demasiado peso.
Asimismo, otro de sus inconvenientes estriba en su carcasa de plástico. Suele ser bastante endeble y si tiene que aguantar un peso grande puede llegar a rajarse, quedándose el imán pegado a la placa metálica, pero sin mantener cerrada la puerta.