Las familias gastaron algo más en el primer trimestre de este año, entre otras cosas por el aumento de los precios, aunque percibieron con claridad que el momento económico no estaba para ‘grandes alegrías’. El gasto medio por hogar, que cayó a plomo el 3,52% en los meses finales de 2002 en comparación anual, repuntó el 0,9%, para quedar en 5.298,62 euros, entre enero y marzo de este ejercicio.
Hasta marzo, aumentó el 3,7%, incluida la inflación, el desembolso en alimentos, bebidas y tabaco consumidores en promedio por cada hogar, mientras el resto de los gastos apenas aumentó el 0,15%. Es la pauta de las etapas bajas de los ciclos económicos, cuando crece el gasto necesario, mientras los hogares se aprietan el cinturón en lo superfluo.
Por autonomías, resultan significativas las diferencias en gasto medio por persona. Para el conjunto nacional, esta cifra se quedó entre enero y marzo en 1.796,48 euros, frente a 1.806,69 euros en el trimestre anterior. Navarra, con 2.173,75 euros, fue la comunidad con un gasto más elevado, una cifra que supera en un 47,2% el de Castilla-La Mancha (1.476,68 euros), el más reducido en ese periodo. También superaron el ‘listón’ de los 2.000 euros Madrid, con 2,162,16; el País Vasco, con 2.153,50; Cantabria, con 2,059,82 y Baleares, con 2.025,78 euros de gasto medio por persona en el primer trimestre de este año.
Hogares con ‘estrecheces’
La Encuesta de Presupuestos Familiares que elabora el Instituto Nacional de Estadística también da cuenta de que el 55% de las familias declara tener dificultades para llegar a fin de mes. Es la misma proporción del último trimestre de 2002, pero supone un aumento de 3,2 puntos respecto a la consulta formulada hace justamente un año. Por autonomías, el porcentaje de hogares con ‘estrecheces’ está en torno a siete de cada diez en Andalucía, Canarias y Murcia y ha experimentado significativos avances en Baleares, la Comunidad Valenciana y Madrid.
En cifras totales, el gasto de consumo doméstico creció de enero a marzo el 2,9% en términos corrientes, aunque buena parte de este aumento se lo comió la inflación. Sin tener en cuenta los aumentos de precios, el gasto total se redujo el 0,8%, lo que supone una ligera mejora con relación a los meses finales de 2002, porque entonces se produjo una caída interanual del 1,1%.
Este aumento del consumo de los hogares ya apareció reflejado en las cuentas nacionales con su correspondiente aportación al crecimiento. En detalle, el total de las familias aumentó en el 1% el desembolso en alimentos, bebidas y tabaco consumidos en el hogar, mientras redujo el resto de los gastos.
Clima económico
La Encuesta de Presupuestos Familiares toma el pulso de los hogares cada trimestre para medir su percepción de la marcha de la economía. En los primeros meses de 2003, todos los indicadores utilizados en esta consulta empeoraron respecto a un año antes, aunque mejoran con relación al periodo anterior.
Según las respuestas, el 55% de los hogares sigue teniendo dificultades para llegar a fin de mes, la misma proporción que entre octubre y diciembre de 2002, pero 3,2 puntos más que doce meses antes.
A principios de este año, el 36% de los hogares reconoció que podía destinar algún dinero al ahorro (1,2 puntos menos que doce meses antes) y seis décimas más que en el trimestre anterior. Hay sensibles mejoras en Castilla y León, donde el 54,2% de las familias declara que puede llevar recursos a la hucha, junto a un fuerte empeoramiento en el País Vasco, donde el indicador retrocede diez puntos en la comparación anual, y se limitan al 38,5% los potenciales ahorradores en los meses iniciales de este año.
Finalmente, apenas el 11,7% de los hogares consideran que el momento actual es el adecuado para realizar compras importantes (distintas de la adquisición de la vivienda). En el primer trimestre de 2002 esa proporción era del 13,5%.
Las autonomías con mayor proporción de familias que encuentran favorable la situación para realizar gastos son Navarra, Castilla y León y el País Vasco. Por el contrario, en Canarias, Galicia y Madrid se localizan los porcentajes más elevados de hogares poco confiados en la oportunidad del momento.
