El Instituto Pasteur condenado por distribuir hormonas del crecimiento contaminadas

Se trata de la primera sentencia de la Justicia francesa quince años después de los hechos
Por EROSKI Consumer 10 de julio de 2002

La Justicia francesa impuso ayer la primera condena por el escándalo de las hormonas de crecimiento contaminadas quince años después de que ocurrieran los hechos. Un tribunal de Montpellier estableció la responsabilidad civil del Instituto Pasteur en la muerte de una joven por la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, también conocida como la variante humana del mal de las «vacas locas». Los padres de la víctima, una de las 81 personas fallecidas hasta ahora en este caso, deberán ser indemnizados con cerca de 400.000 euros.

Pascale Fachin falleció el 12 de junio de 2001 a los 30 años a consecuencia de la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, una dolencia neurodegenerativa incurable. Entre enero y julio de 1985 había recibido tres lotes de hormonas de crecimiento para combatir el enanismo. Con el tratamiento sólo ganó seis milímetros pero contrajo en 1999 este mal.

Los peritajes establecieron que el primer lote procedía del laboratorio sueco Kabi. Esta firma suspendió la comercialización de su producto en 1985 cuando en EE.UU. se comprobó que la hormona extraída de glándulas de cadáveres humanos presentaba alto riesgo de estar contaminada.

Los otros dos lotes venían del Instituto Pasteur que en esa fecha continuó la distribución de sus hormonas pese a su potencial carácter letal. Francia no utilizó hasta 1988 la hormona biosintética inocua, obtenida por ingeniería genética, que había sido adoptada tres años antes por otros países. Consideraciones comerciales y de nacionalismo científico primaron en la decisión.

Los familiares de Pascale Fachin rechazaron la indemnización de 300.000 euros ofrecida por el Estado en concepto de solidaridad nacional. «Ese dinero era el precio del silencio y habíamos prometido a Pascale que haríamos resplandecer la verdad», explican. Optaron por la vía civil y renunciaron a las actuaciones penales elegidas por la mayoría de las familias de las demás víctimas.

La apuesta les ha salido bien y el Pasteur, que va a recurrir la sentencia, tendrá que pagarles 394.000 euros de manera solidaria con France Hypophyse, una asociación ya desaparecida. En el veredicto ha pesado el testimonio de los responsables de Kabi, empresa que quebró tras retirar en 1985 sus productos.

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