El IVA de compresas y tampones aporta a las arcas del Estado 42 millones de euros

Estos productos de higiene femenina se gravan con el porcentaje más alto de este impuesto, el 16%
Por EROSKI Consumer 7 de julio de 2002

Se pagan más impuestos al comprar una caja de tampones o compresas que, por ejemplo, al adquirir un tarrito del tan apreciado caviar ruso. El caviar soporta un 7% de IVA y estos productos de higiene femenina, el 16%.

Los tampones y compresas que toda mujer se ve obligada a usar mes tras mes durante la mayor parte de su vida se gravan con el IVA máximo, frente al 4% que se carga a los artículos de primera necesidad, como algunos alimentos, libros y fármacos, y al 7% reservado a transportes, peajes de autopistas y obras de arte, entre otros.

El gasto en estos productos supone a las españolas más de 264 millones de euros al año. Estos fondos dejan al Estado unos 42 millones de euros en concepto de impuestos, según cifras ofrecidas por el Partido Socialista, que pidió recientemente la inclusión de tampones y compresas en el grupo de los artículos gravados con el 4%. Esta solicitud se encontró, sin embargo, con el rechazo frontal del Partido Popular, que argumentó «razones económicas de equilibrio presupuestario y de consolidación fiscal».

Una mujer empieza a menstruar a los 13 años, más o menos, y continúa hasta mas allá de los 50. Esto significa de 37 a 40 años de reglas -su vida fértil-. Con una media de 4 días por cada periodo, estará unos cinco años mestruando a diario, en los que se gastará 1.150 euros pagando el 16% de IVA. Si éste se rebajase hasta el 4%, la cifra disminuiría hasta unos 1.028 euros. La diferencia entonces en esos 40 años de menstruaciones entre pagar el máximo y el mínimo de este impuesto sería de unos 122 euros en toda la vida fértil. No parece mucho, pero, aplicando las cifras de los socialistas, con esta rebaja el Estado dejaría de percibir unos 27 millones de euros.

Claro que las cantidades a pagar se multiplican si hablamos de familias con varias hijas y de reglas más abundantes. Iñaki Lete, jefe del servicio de Ginecología del Hopital de Santiago, en Vitoria, explica que hay personas «con 7 y 8 días de sangrados por ciclo. Y al llegar a los 40 años algunas mujeres tienen reglas de hasta 10 días». Lete no entiende que estos productos de higiene femenina soporten el máximo IVA: «Viendo todo esto, parece ridículo que alguien considere las compresas como artículos de lujo».

Carmen Olmedo, diputada del PSOE por Málaga, fue la encargada de presentar la propuesta de rebaja: «La Unión Europea presenta a los países una relación de productos a los que se puede aplicar una reducción del IVA y estos artículos de higiene femenina están incluidos. El país que no lo hace es porque no quiere», según explicó. «Es ridículo que una familia pague menos impuestos por ir a comer langosta a un restaurante de lujo y se aloje en habitaciones con jacuzzi que por proporcionarles compresas a sus tres hijas», agregó.

Los pañales también soportan ese 16% de IVA, algo que sin duda preocupa a los padres de niños pequeños y más si se trata de alguna de las más de un millón y medio de familias numerosas españolas.

El salva-slip es hoy por hoy parte imprescindible del «neceser» de muchas mujeres, tanto para absorber las pérdidas de sangre en los días de regla menos abundante como para recoger el flujo vaginal. Pero hace sólo unos pocos años su utilización no estaba tan extendida.

Iñaki Lete asegura que tienen que atender «muchas irritaciones por el uso continuado de los salva-slips, porque hay ahora una campaña de marketing muy fuerte con este producto y lo cierto es que no es necesario. Lo mejor es el contacto con una braga de algodón para evitar problemas en la vulva», explica.

Las compresas también pueden provocar alergias, por eso muchos ginecólogos recomiendan las más baratas o, al menos, aquéllas que prescinden de perfumes, tiras de plástico o desodorantes que pueden ocasionar picores o dolencias más graves. «Yo no tengo criterio para recomendar las más baratas, pero lo que sí es cierto es que las mejores son las más sencillas, las que son todo celulosa. Cuantos más componentes extraños tengan, más problemas darán. Si le pongo colorante y perfume para evitar olores y además una bandita de plástico en el borde de las alas… hay muchísimas más probabilidades de alergias».

En cuanto a los tampones, Lete considera que se pueden utilizar perfectamente como sustitutivo de las compresas. «Incluso por la noche, y es más cómodo. Sólo hay algunas situaciones en las que pueden traer problemas, pero son muy raras, como el «síndrome de shock tóxico», que afecta a un número pequeño de mujeres, o si a alguna se le olvida dentro durante días».

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