Conseguir un crédito al margen de los bancos

Empresas, comercios e instituciones financieras proporcionan créditos en función de la finalidad que se dé al dinero
Por José Ignacio Recio 29 de marzo de 2011
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Imagen: Pete

La decisión de los bancos y cajas de ahorro de denegar a un particular el acceso a un crédito puede llevarle a pensar en contratarlo a través de empresas prestamistas, que los conceden con mayor facilidad, pero con unos intereses abusivos. Por ello, los usuarios buscan otras alternativas para conseguir la cantidad deseada: líneas de crédito oficiales, cooperativas de crédito, préstamos entre particulares e, incluso, dotarse de liquidez a través de sus familiares más próximos. También es posible contratar un préstamo para pequeñas cantidades a corto y medio plazo a través de las tarjetas de crédito o recurrir a los créditos que ofrecen a sus clientes los grandes centros comerciales.

Financiación comercial

Falta de avales, no cumplir con los requisitos programados, carecer del poder adquisitivo suficiente para responder de él o estar en situación de desempleo son algunas de las causas para que un banco no conceda un préstamo. Ante la negativa de éste pese a la necesidad de dotarse de liquidez por un imprevisto familiar o laboral, realizar una reforma en el hogar o poner en marcha un pequeño negocio, las posibilidades son reducidas, pero las hay. Ciertas empresas, comercios e instituciones financieras conceden créditos, aunque siempre en función de la finalidad que se prevea para el dinero adelantado.

Los créditos de centros comerciales permiten al cliente disponer de más liquidez durante el mes

Los grandes centros comerciales brindan a los clientes créditos de compra a través de sus tarjetas: permiten fraccionar el pago mediante un abono mensual u otro especial, por medio de una cuota fija, para hacer frente a sus compras durante varios años. Es una solución puntual que evita al cliente un desembolso grande en el momento de realizar la compra y le procura disponer de más liquidez durante el mes. Otra posibilidad al alcance de la mayoría de usuarios es utilizar los créditos de las tarjetas. Permiten a sus titulares una pequeña financiación, cuyo importe varía en función de la gama de la tarjeta contratada. Por término medio, oscila entre 2.500 y 10.000 euros. El inconveniente es que implica pagar unos intereses muy elevados (entre 12% y 24% nominal anual).

Empresas de crédito

En ocasiones, algunas personas se ven abocadas a recurrir a prestamistas para satisfacer sus necesidades de liquidez. Aunque es una fuente fácil de ingresos, conviene tener en cuenta que los prestamistas privados no están sujetos a regulación ni control por parte del Banco de España ni por ninguna otra entidad. Además, cobran un tipo de interés mucho más alto que cualquier producto financiero (en la mayoría de los casos, por encima del 30%). Y éste no es su único problema: cabe la posibilidad real de que puedan quedarse con el bien que se ponga en garantía por algún incumplimiento en los plazos del abono (piso, coche…).

Cooperativas de crédito

En especial para el mundo rural, cabe la posibilidad de obtener financiación a través de las cooperativas de crédito. Su objetivo principal es la prestación de servicios financieros para este segmento social, pero su finalidad está muy delimitada, ya que solo pueden financiar las actividades agrícolas, ganaderas o forestales.

En otros casos, las cooperativas de crédito no agrarias, promovidas por asociaciones profesionales, están enfocadas a actividades laborales o industriales referidas a la expansión o implantación de un negocio o pequeña industria. En cualquier caso, están vedadas las necesidades relacionadas con el consumo o la compra de una vivienda, coche o motocicleta. Para alguno de estos fines se puede disponer de hipotecas especiales comercializadas por cajas rurales y cooperativas de crédito tras los convenios firmados con instituciones públicas y privadas (colegios profesionales, asociaciones, administraciones públicas, etc.). Brindan condiciones especiales y preferentes, como tipos de interés más bajos.

Crédito institucional

Emprendedores, autónomos y pequeños y medianos empresarios tienen la posibilidad de acudir a los créditos oficiales que concede el Instituto de Crédito Oficial (ICO). Se pueden obtener en mejores condiciones de contratación que a través de las vías de financiación tradicionales.

En el Instituto de Crédito Oficial se pueden solicitar préstamos de hasta 200.000 euros

El ICO dispone de diversas líneas de mediación, cuyo objetivo es promover los proyectos de autónomos y pymes, a la vez que facilitan el acceso al crédito a ciudadanos y familias. Esta opción se propone en formato de préstamos con largos plazos de amortización, tipos de interés preferencial (más baratos que a través de las líneas tradicionales) y una tramitación más ágil, a través de los principales bancos y cajas implantados en España. Las entidades se encargan de analizar los proyectos para después aprobar o no la concesión.

En cuanto al importe total al que se puede acceder, depende de cada caso, pero se pueden solicitar operaciones de hasta 200.000 euros. Es una de las fórmulas más favorables para sufragar los gastos de proyectos empresariales, creación de nuevas empresas y, en algunos casos puntuales, para subsanar diversos problemas, como los derivados de efectos climatológicos adversos.

Préstamos entre familiares o particulares

Hay fórmulas menos convencionales de obtener dinero, pero que proporcionan a los usuarios mayor seguridad y mejores condiciones al devolver el capital prestado. Una de ellas es el crédito entre familiares, una modalidad en auge debido a la limitación de préstamos, que está regulada por la ley. Conviene redactar un contrato escrito entre ambas partes, donde esté detallado todo el proceso: cantidad adelantada, nombre del destinatario y emisor y, por último, el tipo de interés que se aplica. Una vez formalizado este documento deberá presentarse en la Agencia Tributaria, que será la encargada de dar validez al mismo.

También se puede optar por los créditos entre particulares, que es posible contratar a través de páginas web especializadas en este tipo de transacciones económicas. En ellas, el demandante tiene que indicar la cantidad que necesita, el destino, plazo de devolución e interés máximo que está dispuesto a pagar. Otros usuarios lanzan sus propuestas de financiamiento y, si ambas partes llegan a un acuerdo, se habrá conseguido la operación. En estos casos se obtiene un crédito con intereses más bajos que en una entidad y el prestamista habrá conseguido obtener mayor rendimiento para su dinero, con intereses por encima de los propuestos para los depósitos u otros productos de la renta fija.

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