Los riesgos de la deuda pública española

Su rentabilidad es mayor que la alemana, considerada la más segura de Europa, pero se puede perder dinero si se reembolsa el capital antes de tiempo
Por Gracia Terrón 19 de febrero de 2010
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Imagen: Kym McLeod

La deuda pública es una de las inversiones clásicas, de las que más gustan a los ahorradores de perfil conservador. Siempre se ha caracterizado por su seguridad, bajo riesgo y rentabilidad asequible. Sin embargo, la debilidad de las finanzas públicas españolas ha abierto un debate en torno a la solvencia de los activos de deuda nacionales. En los últimos días, las noticias han destacado de forma preocupante el estado de la renta fija pública nacional. Casas de análisis como Deutsche Bank y Goldman Sachs han recomendado vender los títulos de deuda españoles, mientras economistas de prestigio internacional como Nourel Roubini o Paul Krugman han afirmado su preocupación por la solvencia y la escasa disciplina fiscal de nuestra economía. En general, el riesgo de impago es nulo si se compra con vistas a mantener el dinero hasta vencimiento y la rentabilidad es mayor que en el caso de la deuda pública alemana, considerada la más segura de Europa, pero el inversor puede perder dinero si decide reembolsar su capital antes de tiempo.

Prima de riesgo

La rentabilidad de los títulos de deuda alemanes es menor que la de los títulos españoles. La diferencia entre unos y otros, en condiciones normales de mercado, ronda los 40 puntos básicos: si el bono alemán alcanza una rentabilidad del 3%, el español renta un 3,40%.

En los últimos días, se ha incrementado mucho la diferencia entre estos activos en el mercado secundario, donde se negocian, hasta superar los 100 puntos básicos. Mientras que el bono alemán renta en torno al 3,05%, el español da una rentabilidad del 4%. La debilidad de las finanzas públicas españolas frente a las alemanas explica que los activos españoles deban pagar más en el mercado que los germanos, puesto que se presupone que su riesgo es mayor. La economía española registra una tasa de paro del 19%, frente al 11% alemán. Su déficit público alcanzó el 11,4% del PIB en 2009 y la deuda pública acumulada superó el 50% en 2009.

La prima de riesgo expresa que la deuda española es más rentable, pero también más arriesgada

Un concepto que hay que tener claro para entender la realidad actual es que el precio de estos activos tiene una relación inversa con su rentabilidad: cuanto más caro es un activo, menor es su rentabilidad. Pero es más seguro. El incremento de la prima de riesgo de los activos de deuda españoles se debe a la situación particular del mercado y, por ello, ha generado preocupación entre los inversores. El mercado secundario fluctúa todos los días en función de determinadas variables como la demanda, la oferta o los tipos de interés. El activo de referencia en el mundo de la deuda europea es el bono alemán, que se considera el título más seguro y líquido.

La preocupación actual sobre la economía de nuestro país se ha generado como un efecto contagio por los problemas fiscales de Grecia, más deficientes que los españoles. En el mercado, comenzó a especularse con otras economías periféricas, como España, Portugal o Italia, que también destacan por una debilidad fiscal. En general, los elevados déficits que generan estos estados para desarrollar sus distintos planes de estímulo dejan en entredicho la calidad de sus emisiones de renta fija pública, un efecto que ha generado desasosiego en los mercados.

La preocupación sobre la economía española se ha generado como un efecto contagio por los problemas fiscales de Grecia

El mercado secundario de deuda pública, donde se intercambian letras y bonos a diario, es un mercado volátil que refleja estas incertidumbres. La subida del riesgo de los activos de deuda españoles se explica por las dudas que suscita nuestra economía, así como por la elevada especulación que realizan los grandes bancos de inversión para sacar partido de la situación actual. Jugar con el riesgo también puede ser rentable. Determinados inversores hacen y deshacen posiciones en deuda pública española en el muy corto plazo para aprovechar su mayor rentabilidad.

Los mercados

El inversor conservador y clásico no debe preocuparse. En cuestión de deuda pública española, hay que diferenciar dos mercados:

  • Mercado primario: lo constituyen las subastas que realiza el Tesoro Público español de manera periódica. Cualquier inversor interesado puede acceder a ellas a través de un intermediario financiero. La inversión mínima para adquirir títulos, tanto letras como bonos u obligaciones, es de 1.000 euros o múltiplos de esta cantidad. Las subastas se realizan en fechas puntuales. En esos días, se decide el tipo de interés al que se colocan los activos. Las últimas subastas han dado más rentabilidad que las anteriores porque el Tesoro Público español ha tenido que pagar más por sus activos, ante las dudas del mercado. En enero, las letras a un año se colocaron a un interés del 0,8%; los bonos a tres años, al 2,6%; los bonos a 5 años, al 2,8%; las obligaciones a 10 años, al 4%; a 15 años, al 4,2%; y a 30 años, al 4,8%.

    Acoge a inversores tranquilos y clásicos que invierten con la intención de mantenerse a vencimiento. No deben tener miedo ni sentirse inquietos por las noticias actuales, ya que si no deciden reembolsar su dinero antes de tiempo, su capital y los intereses pactados estarán asegurados. La Constitución Española recoge cómo el Estado español se compromete a pagar el capital y los intereses pactados a los particulares que adquieran cualquier activo de deuda pública. No se contempla la posibilidad de un impago o quiebra por parte del Estado. España mantiene la máxima calificación crediticia (triple A) por parte de la agencia de riesgos Fitch. Ello significa que la deuda tiene calidad extrema y una mínima sensibilidad a un entorno adverso.

  • Mercado secundario: acoge los movimientos diarios de los activos. Cualquier inversor del mercado primario puede acudir a este otro (con la ayuda de un intermediario) para vender sus títulos. En este caso, perderá las garantías o el compromiso de rentabilidad firmado al comprar y tendrá que someterse a los precios de mercado en el momento de la venta. Los precios que se manejan en este mercado dependen de variables económicas muy diversas: los tipos de interés, la demanda, la oferta, la evolución económica del país emisor… Es muy volátil.

    Si se registran subidas en los tipos del mercado y están por encima del interés del título, el precio al que se podrá vender el activo en el mercado secundario será inferior al precio de amortización; el inversor podría perder dinero. Al contrario, una caída que sitúe los tipos de mercado por debajo de la rentabilidad ofrecida por el activo permitirá vender el título en el mercado secundario a un precio superior al de amortización. Se podría ganar más si se vende antes de tiempo que si se espera a vencimiento. Este mercado secundario marca la mayor distancia que se ha establecido respecto a bonos de otros países.

    Los activos más interesantes

    En el contexto actual, y pese a las incertidumbres, la deuda pública española sigue considerada como un activo interesante para inversores de perfil conservador y que invierten a largo plazo. Desde el punto de vista de la rentabilidad, no obstante, no resultan muy atractivos los activos a corto plazo, cuyos rendimientos son inferiores a los que brindan los depósitos. Mientras las letras a seis meses y un año rentan en torno al 0,5 y 0,8%, los depósitos a un año ofrecen un interés medio del 2,11%, según datos del Banco de España.

    Para mantener hasta vencimiento, resultan de mayor interés los activos emitidos a largo plazo

    Para mantener hasta vencimiento, resultan más interesantes los activos emitidos a largo plazo. Los bonos a cinco años proporcionan rentabilidades anuales del 2,8% y, a partir de diez años, rentan más de un 4%.

    En todos los casos, el inversor deberá pagar a Hacienda un 19% de los rendimientos generados, si estos son inferiores a 6.000 euros, y las plusvalías conseguidas a partir de esta cantidad, con un interés del 21%.

    Más emisiones a la vista

    Las necesidades de financiación que muestra el Gobierno español para hacer frente al coste de la crisis justifican el impresionante ritmo de emisiones que adoptó el ejercicio pasado y en los primeros días de este año. En 2009, el Estado emitió 112.000 millones de euros, un 62% más que en 2008. Para 2010, el sector público seguirá muy ágil en emisiones, sobre todo las comunidades autónomas.

    El Tesoro Público, no obstante, tiene previsto reducir sus emisiones un 34%, hasta alcanzar 76.800 millones de euros. El saldo vivo de la deuda en circulación alcanzará 553.500 millones de euros. Esta cifra equivaldrá al 55% del Producto Interior Bruto, mientras que para el conjunto de las administraciones públicas la previsión asciende al 65,9% sobre el PIB.

    El calendario de subastas del Tesoro Público puede consultarse en su página web o en los siguientes enlaces: http://www.tesoro.es/sp/subastas/calendario_letras.asp y http://www.tesoro.es/sp/subastas/calendario_bonos.asp.

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