Los siete bancos que cotizan en el mercado continuo nacional mantienen una peculiar guerra para comercializar sus depósitos entre los clientes. Su oferta es muy débil en cuanto a la rentabilidad que generan estos productos destinados para captar el ahorro de los españoles, al menos los de perfil más conservador (que anteponen la seguridad al riesgo). Todo es consecuencia del abaratamiento del dinero debido a las políticas monetarias impulsadas desde el Banco Central Europeo. Por eso, como se refleja en el siguiente artículo, los márgenes en que se mueven estas imposiciones a plazo son poco relevantes, pues van desde el 0,60% al 1,75%, y para conseguir remuneraciones similares a esta última no habrá más remedio que vincular el producto a través de la domiciliación de la nómina y varios recibos domésticos.
Imposiciones con vinculación
Las entidades cotizantes en Bolsa han respondido ante el escenario económico en la zona del euro con nuevos productos, pero sin rentabilidad atractiva para los impositores. Utilizan todas las estrategias imaginables, desde la contratación on line, a la vinculación con otros productos, pasando por destinarlos a nuevos clientes o aportaciones adicionales. Pero todo ello con unos resultados poco satisfactorios para sus demandantes, pues a duras penas consiguen rebasar la barrera del 1%. Incluso en los modelos más rentables -dentro de la exigua remuneración- es necesaria una aportación mínima excesivamente exigente, a partir de 10.000 euros. La oferta de estas entidades no es muy diferente a la presentada por los bancos no cotizados en Bolsa.
Los productos a duras penas consiguen rebasar la barrera del 1%
Si lo que desean los usuarios bancarios es elevar un poco la rentabilidad de sus depósitos, no tendrán más remedio que acudir a la oferta que realiza el Banco Popular. Ofrece a sus clientes el Depósito Bonificado Plus, con vinculaciones, que incrementa la rentabilidad hasta el 1,75%. Para ello habrá que domiciliar una nómina por valor de 600 euros y tres recibos básicos del hogar. Tiene un plazo de un año y un mes, con una comisión de cancelación anticipada del 1%, y está dirigido a toda clase de clientes.
También con una mayor vinculación con su entidad está confeccionado el Depósito Fidelidad del Banco Santander, destinado al mismo plazo de permanencia, pero con una rentabilidad menor, del 0,74%, y siempre para importes superiores a 10.000 euros. Para formalizar este producto para el ahorro es necesario domiciliar la nómina, recibos de hogar y tarjetas.
Rentabilidad máxima del 1%
El Depósito In de La Caixa está determinado a un plazo de un año y aporta a sus impositores una rentabilidad del 1%. Puede contratarse desde 3.000 euros y no es renovable. En este caso, está dirigido a nuevos clientes que lo pueden solicitar solo por Internet e incluye penalizaciones por su cancelación.
Bankinter, por su parte, aporta un depósito a 12 meses con un tipo de interés anual nominal del 0,85%, caracterizado por su sencillez al no añadir vinculaciones ni otro tipo de estrategias comerciales para elevar su remuneración.
Bankia ha optado por ampliar el plazo de permanencia a través del Depósito Creciente 36 meses, con liquidación trimestral de intereses y un tipo que aumenta cada año y que genera una rentabilidad del 0,80%. Conlleva liquidez inmediata, pudiéndose recuperar la inversión en cualquier momento sin gastos ni comisiones de administración o mantenimiento.
Otro cotizante en renta variable, Banco Sabadell, está comercializando el Depósito Online a un año, por el que remunera a sus impositores con el 0,65%, y cuya contratación es a través de Internet, aunque abierta a todos los ahorradores.
BBVA incluye en su oferta el Depósito Online a 13 meses, un producto de ahorro destinado a un plazo de 13 meses y un 0,60%. Se caracteriza porque es contratable por Internet.
Liberbank, otro banco de crédito cotizante en los mercados bursátiles, no propone ningún modelo novedoso y atiende a las propuestas puntuales que desarrollan las entidades que conforman este grupo bancario.
