Rescate virtual a España: ¿en qué consiste?

Un rescate virtual implica solicitar una línea de crédito a Europa, no para utilizarla, sino para conseguir que el BCE active su programa de compra de deuda española
Por Gracia Terrón 31 de octubre de 2012
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Imagen: Pete

Después de varias semanas con el debate abierto sobre si España pedirá o no un rescate para salir del atolladero económico en el que se encuentra, una de las últimas fórmulas planteadas y que cada vez cobra más fuerza es la del rescate virtual. En el siguiente reportaje se explica en qué consiste esta práctica y se señalan los pros y contras que traería consigo.

Los mercados dan por descontado el rescate

Tras el rescate a la banca (de hasta 100.000 millones de euros) que solicitó el Gobierno español antes del verano, la debilidad manifiesta de nuestra economía ha llevado a que cada vez más voces institucionales soliciten la necesidad de pedir un rescate o asistencia financiera por parte de Europa. Ya no se trataría de una línea de crédito para ayudar a entidades o empresas, sino para cubrir necesidades de financiación propias del Estado central.

La situación se ha complicado en los últimos meses, sobre todo, ante la imposibilidad del Ejecutivo de reducir el déficit público (según los últimos datos, cerró el año 2011 en el 9,8%, en el mismo nivel de Grecia) y ante las numerosas solicitudes de recursos que han manifestado las comunidades autónomas (entre ellas Cataluña, Comunidad Valenciana, Castilla La Mancha, Andalucía, Canarias, Murcia, Baleares, Asturias y Cantabria). Para este año, el objetivo de déficit impuesto por Europa se sitúa en el 6,3%, una tasa difícil de conseguir desde los niveles actuales.

Con un rescate virtual España podría quedar sujeta a la condicionalidad impuesta por Europa sin poder beneficiarse de la línea de crédito

Ante la situación de ahogo, el Banco Central Europeo puso de su parte a principios de septiembre, al anunciar que estaría dispuesto a comprar deuda pública española a cambio de que el país solicite el rescate. Con otras palabras, el BCE ha condicionado su intervención en el mercado secundario de deuda soberana a que España o cualquier otro país con dificultades de financiación (el programa no es exclusivo ni está creado de forma específica para asistir a nuestra economía) solicite ayuda al fondo de rescate temporal (FEEF) o permanente (MEDE). El nuevo programa de compra de deuda soberana se ha denominado Outright Monetary Transactions (OMT), un término ligado de forma directa al rescate de España.

Un mes después de que el BCE diera un paso al frente, sin embargo, el rescate no se ha solicitado. Aunque los mercados parecen que dan por descontado que sí que se producirá. De hecho, la prima de riesgo se ha reducido desde los 627 puntos máximos que alcanzó en julio hasta los 400 en los que se ha movido en los últimos días, lo que ha suavizado los esfuerzos de financiación que tiene que hacer el Tesoro Público en sus nuevas colocaciones de deuda. Numerosos operadores y economistas abogan porque el rescate llegará. Pero la fórmula puede diferir un poco de lo esperado en un inicio por los mercados.

Pros y contras de un rescate virtual

En los últimos días ha cobrado fuerza la idea de que el rescate sea virtual, es decir, que se pediría al Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE) una línea de crédito preventiva que en principio no se utilizaría. Solicitar la apertura del crédito al MEDE bastaría para que el Banco Central Europeo (BCE) pueda activar el programa de compra de bonos en el mercado secundario ofrecido en septiembre por Mario Draghi. Esta estrategia, no obstante, tendría pros y contras:

  1. Pros

    Por un lado, España conseguiría suavizar su financiación en los mercados de deuda, ya que el hecho de que el BCE comenzara a comprar deuda tiraría hacia abajo de los tipos de interés que el Tesoro tendría que asumir en sus próximas subastas.

    de forma previsible, la solicitud del rescate ayudaría a rebajar la prima de riesgo. Con la solicitud de crédito «virtual», se confía en que la rentabilidad de la deuda española pueda caer hasta el 1,5%-2% a un año y en torno al 4% en los plazos más largos, lo que abarataría de manera sustancial la financiación del Tesoro. En las últimas subastas, este organismo ha colocado Letras a un año al 2,83% y bonos a diez años al 5,66%. Desde la Comisión Europea, por su parte, han manifestado que esta solicitud sería un movimiento posible. El Tesoro lleva captados este año en el mercado 75.632 millones de euros en deuda a medio y largo plazo, lo que significa el 88 % de la previsión de emisión para todo 2012.

    En principio, España no se sometería a las duras condiciones que trae acarreado un rescate en toda regla, es decir, un rescate total.

  2. Contras

    El Gobierno se vería obligado a firmar un nuevo Memorándum de Entendimiento al aceptar el rescate por parte del Mecanismo Europeo de Estabilidad (MEDE), tal y como ha ocurrido tras solicitar la línea de crédito para ayudar a los bancos. El Estado podría quedar así sujeto a condiciones impuestas por Europa y sin poder beneficiarse de la línea de crédito, pues es previsible que un rescate virtual traiga nuevas condiciones para la gestión de la economía española.

    El programa de compra de bonos por parte del Banco Central Europeo contempla la adquisición de deuda a vencimientos de entre uno y tres años. En teoría, el rescate virtual abarataría la financiación con activos a más corto plazo. De entrada, se vería un efecto contagio en los bonos a más largo plazo, aunque la financiación en estos casos podría no relajarse tanto. Si hay nuevos elementos desestabilizadores o las reformas estructurales acometidas no dan sus frutos, la inestabilidad en los vencimientos largos continuaría, a pesar de los esfuerzos por parte del BCE.

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