La asociación Al-Andalus lanza unas recomendaciones para disfrutar de la noche de Halloween

Esta fiesta, típicamente norteamericana, se celebra ya en la mayoría de las regiones españolas
Por EROSKI Consumer 31 de octubre de 2007

La noche del 31 de octubre, víspera del día de Todos los Santos, se celebra Halloween, una fiesta de origen celta que ha sido exportada por los norteamericanos a todo el mundo a través del cine y de las campañas de marketing de las grandes multinacionales. En España, la mayoría de regiones ya celebran Halloween como si fuera una fiesta tradicional más.

Desde la asociación de consumidores Al-Andalus señalan que pese a que se trata de una celebración aparentemente exenta de peligro, «existen ciertos riesgos que podemos evitar con una serie de recomendaciones».

Al-Andalus advierte de locales que organizan fiestas de Halloween pero que no están habilitados para este tipo de actividades, ya que, por lo general, carecen de las suficientes medidas de seguridad. Por ello conviene cerciorarse de las condiciones del establecimiento, así como de los servicios incluidos en el precio, en caso de pagar entrada.

La publicidad de este tipo de fiestas es contractual, es decir, todo lo que se anuncie a través de medios publicitarios escritos o audiovisuales es de obligado cumplimiento y, por tanto, exigible. Si el usuario cree que alguna de las condiciones anunciadas no se cumple puede reclamar, pero para ello debe conservar la entrada y, si es posible, el folleto publicitario.

Disfraces y artículos de broma

Es típico de Halloween disfrazarse y comprar artículos de broma. En cuanto a los disfraces, Al-Andalus señala que no deben estar confeccionados con materiales tóxicos ni inflamables. Deben evitarse además caretas realizadas en PVC y otros materiales tóxicos, y las que puedan dificultar la respiración.

Respecto a los artículos de broma, algunos contienen sustancias químicas nocivas, como, por ejemplo, fósforo blanco. Estos productos, que se deben mantener alejados de los niños, han de reflejar en su etiquetado el domicilio y número de Registro Industrial del Fabricante, o del importador, caso de que su procedencia no sea española. Estos datos deben aparecer en español, así como las instrucciones de uso y las recomendaciones o advertencias oportunas.

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