Los Veintisiete alcanzan un acuerdo que permite ampliar la jornada laboral por encima de las 48 horas semanales

España se abstuvo de votar a favor de la propuesta. La medida no afectará a los contratos de menos de 10 semanas de duración
Por EROSKI Consumer 10 de junio de 2008

Los ministros de Trabajo de los 27 países miembros de la Unión Europea (UE) alcanzaron anoche un acuerdo que posibilita, previo pacto entre el trabajador y el empresario, ampliar la jornada laboral por encima de las actuales 48 horas semanales.

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Imagen: CONSUMER EROSKI

Según anunció la presidencia de turno eslovena, los titulares de Trabajo aprobaron por mayoría cualificada la reforma de la directiva de Tiempo de Trabajo con las abstenciones de varios países, entre ellos España. Para la ministra eslovena y presidenta de turno del Consejo, Marjeta Cotman, la medida pactada «ofrece protección para los trabajadores y trabajadoras y flexibilidad en la ordenación del tiempo de trabajo».

Ahora, los Veintisiete deberán llegar a un acuerdo en segunda lectura con el Parlamento Europeo, que tiene poder de decisión en esta materia. En primera lectura, los eurodiputados reclamaron la supresión de todas las excepciones a la jornada laboral de 48 horas semanales en un plazo de tres años.

Hasta 65 horas

La directiva aprobada establece que, como regla general, la semana de trabajo en la UE debe tener 48 horas como máximo. Sin embargo, se permitirá que, en virtud de acuerdos individuales, empresario y trabajador puedan alargar la jornada laboral hasta 60 horas semanales, calculadas como media durante un periodo de tres meses, e incluso hasta 65 horas en el caso de guardias médicas. España reclamaba que estas excepciones a las 48 horas se eliminaran por completo tras un periodo transitorio.

El empresario deberá obtener un consentimiento por escrito del empleado, cuya validez no podrá ser superior a un año y será renovable

No obstante, se contemplan una serie de salvaguardas para garantizar que los trabajadores aceptan el alargamiento de la jornada voluntariamente y no forzados por temor al despido. Así, el empresario deberá obtener un consentimiento por escrito del empleado. La validez de este consentimiento no podrá ser superior a un año y será renovable. Además, el acuerdo entre empresario y trabajador no podrá firmarse en el momento de la rúbrica del contrato ni durante las cuatro primeras semanas de la relación laboral.

Los contratos de menos de 10 semanas de duración no quedarán cubiertos por estas disposiciones, por lo que no tendrán ninguna limitación de horas de trabajo.

Corbacho: «Es una regresión»

Antes de que se aprobara la propuesta, el ministro español de Trabajo, Celestino Corbacho, dijo que el tope de 65 horas «es una regresión en la agenda social; me ha sorprendido mucho que se hable de 65 horas laborables a la semana y que además se diga que es un avance social». A su juicio, esta iniciativa es «algo que a los ciudadanos y a las ciudadanas les va a costar entender».

España va a trabajar para que la propuesta sea modificada en su tramitación en el Parlamento Europeo

El ministro criticó que, tal y como está planteada la propuesta de la directiva, la negociación entre el trabajador y el empresario sobre la jornada laboral sería individual y «nunca de carácter colectivo». Además, denunció la «contradicción» que supone el texto, pues una de sus bases debería ser «garantizar la salud y la calidad de vida de las trabajadoras y los trabajadores».

Por ello, aseguró que España va a trabajar para que la propuesta sea modificada en su tramitación en el Parlamento Europeo, e instó a los eurodiputados a que tengan en cuenta las elecciones europeas del próximo año en las que tendrán que pedir el voto a los ciudadanos.

Sindicatos en contra

Los sindicatos Comisiones Obreras (CC.OO.) y Unión General de Trabajadores (UGT) también han anunciado que presionarán para que el Parlamento Europeo modifique la directiva de tiempo de trabajo.

Según Comisiones, la normativa aprobada supone el mantenimiento de una situación inaceptable, como es «la exclusión promovida por el Gobierno británico del tope máximo de 48 semanales de trabajo establecido por la directiva de aquellos trabajadores que así lo acuerden en la negociación colectiva, o lo que es peor aún, que lo firmen en su contrato individual de trabajo».

En opinión del sindicato, los «prolijos límites y salvaguardas» que el texto establece a esta posibilidad, «no hacen sino abrir un camino hacia una situación aberrante: que el tope máximo de horas semanales pudiera llegar a ser de hasta 65 horas». Además, denuncia que no se considera el tiempo disponible por el trabajador para su descanso como tiempo de trabajo.

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