Padres, juristas y expertos reclaman una Ley para la Mediación Familiar

El 75% de las parejas que rompen buscan un acuerdo para evitar los juicios
Por EROSKI Consumer 18 de abril de 2002

Cada día, 400 niños asisten en España al desgarro emocional de la separación de sus padres. Hasta ahora, este ha sido el primer paso para una más que probable guerra de trincheras legales generadora de diversos grados de violencia emocional, en ocasiones con dramáticas consecuencias. Veinte años después de la Ley de Divorcio, un millón de parejas españolas han consumado la separación o el divorcio. Un plazo en el que también las formas de familia han cambiado («de hecho», homosexuales, monoparentales,…) así como los papeles tradicionales. La mujer ha salido del hogar y el hombre entra más en él para encargarse de las obligaciones caseras.

En este escenario, los múltiples intereses personales y profesionales implicados reclaman nuevas normas para nuevos protagonistas y, sobre todo, una «nueva cultura de la conciliación». «Las guerras legales, son guerras al fin y al cabo, y causan estragos. Hay que hacer el cambio cualitativo porque muchas enfermedades sociales vienen de esa tensión», explica el abogado mediador, Antonio Sastre. «Es muy gratificante trabajar con gente que busca el interés del menor sobre todo. Gente que ha dado el paso adelante y busca el consenso», apostilla la también mediadora Marisa Sacristán, fundadora hace ocho años en Valladolid de Aprome (Asociación para la Protección del Menor), una de las primeras ofertas de mediación en España. En el Congreso de Mediación Familiar (octubre 2001, Valladolid) hay múltiples testimonios de jueces que reclaman la mediación familiar como terreno de juego.

En este contexto, los principales protagonistas también han cambiado la estrategia. La Asociación de Padres Separados de España lleva meses difundiendo el llamado «Informe Iceberg». En él argumentan que el esfuerzo de compromiso social no se corresponde con el trato que reciben de la justicia. «El 96% de las sentencias dejan al varón sin hogar, ni hijos por puro machismo judicial», explica su presidente nacional, Juan Luis Rubio. En su campaña exhiben diversos informes que aseguran que los niños reciben más agresiones de sus madres que de sus padres, para reclamar «una nueva ley de divorcio directa y la custodia compartida de los hijos», concluye Rubio. Al otro lado, las madres reconocen los avances del varón, pero consideran esa guardia y custodia compartida «una aberración que, para que no se mueva el niño, hace moverse a los padres», dice la portavoz de Solidaridad con Madres Solteras y Separadas, Belén Repiso.

Debate maduro

En lo que sí hay acuerdo general es en la madurez del debate para el nacimiento de la Ley de Mediación Familiar. En España, tres de cada cuatro rupturas buscan ya un acuerdo entre las partes para evitar llegar a juicios. En muchos casos, la buena voluntad no es suficiente y la falta de regulación deriva con el paso del tiempo en falsas rupturas que hacen aún más dolorosa la situación. «Son problemas de la familia resueltos por ella misma con el apoyo de profesionales de todo tipo, y siempre bajo la tutela y homologación del juez», resume el jurista Antonio Sastre. Así, estaría más cerca el final del llamado «estrés procesal», muy diagnosticado por los psicólogos y de funestas consecuencias.

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