Las bombillas para iluminar el hogar podrían ser pronto cosa del pasado. La idea de crear luz de forma natural, sin gasto energético ni necesidad de conectarse a la red eléctrica, cobra fuerza. La llamada bioluz usa las propiedades de bioluminiscencia de organismos como algas y bacterias para crear bombillas que además son 100 % biodegradables. Pero, ¿cómo son las bombillas con algas? ¿Cómo funcionan y por qué pueden ayudar a ahorrar dinero en casa? Este artículo explica todos los detalles acerca de este avance científico.
Luz natural a base de algas
«La bioluz creada con algas o bacterias bioluminiscentes es una solución al consumo de energía y a la generación de residuos asociada a la producción eléctrica tradicional», señala Eduardo Mayoral, investigador de la Universidad de Sevilla
Iluminar la casa con algas es posible. La receta mágica es usar las apropiadas (Pyrocystis fusiformis), y dejar que trabajen. «Este invento propone una solución a los problemas de consumo de energía y residuos asociados a la producción eléctrica tradicional mediante el aprovechamiento de las propiedades de bioiluminiscencia de estos organismos», explica el arquitecto Eduardo Mayoral, investigador de la Universidad de Sevilla y responsable de la patente de un dispositivo bioluminiscente de señalización e iluminación ambiental alimentado por algas y bacterias.
Las algas concretas también importan: y en el caso de estas bombillas la utilizada es Pyrocystis fusiformis, un microrganismo con flagelo (apéndice con forma de látigo) que vive en los mares tropicales. ¿Y qué convierte a esta alga en un organismo tan especial? Cuando Pyrocystis «se agita» o es golpeada por una corriente marina más fuerte de lo que para ella es habitual, esta alga se ilumina de forma natural. Y cuando se acerca a la costa y cae la noche en el mar, también «se enciende».
Esto es lo que se llama bioiluminiscencia: un fenómeno extendido entre bacterias, hongos, gusanos, e incluso algunos insectos (como las luciérnagas), que consiste en la producción de luz de ciertos organismos vivos como consecuencia de una reacción orgánica que transforma la energía química en energía lumínica. El fenómeno de la bioiluminiscencia es creado por una reacción química en la cual una enzima llamada luciferasa interacciona con una molécula que emite luz, llamada luciferina. Se trata de una propiedad natural que los científicos han aprovechado para crear bombillas biodegradables que reducen la factura de la luz (no están enganchadas a la red) de forma natural.
Luz en casa sin consumir energía
Las bombillas aprovechan las cualidades lumínicas de las algas y bacterias para producir luz de forma natural, sin consumir energía eléctrica ni dejar residuos
¿Se imagina iluminar su hogar con dispositivos biodegradables alimentados con una fuente de luz 100 % renovable y natural? Eduardo Mayoral e Isabel González Díez, de la Universidad de Sevilla, en colaboración con la Universidad de Columbia de Nueva York (EE.UU.), lo han conseguido. Juntos han patentado el modo de cultivar organismos bioluminiscentes (el alga Pyrocystis fusiformis y la bacteria Vibrio fischeri) con los que crear iluminación de consumo energético cero.
«Aunque estos dispositivos de iluminación natural aún no tienen la misma capacidad lumínica que las bombillas tradicionales, las algas pueden iluminar perfectamente una habitación, proporcionando una luz natural«, apunta Mayoral, cuyo invento también está ideado para crear señales callejeras iluminadas.
Eligieron estos dos microorganismos porque son relativamente fáciles de cultivar y porque, al ser microscópicos, son más manejables. ¿Cuál es la novedad fundamental de esta patente? Estas «bombillas» naturales aprovechan las cualidades lumínicas de las algas y bacterias para producir luz de forma natural, sin consumir energía eléctrica ni generar residuos.
Estas bombillas de algas pretenden aportar así varias soluciones: de un lado, no necesitan consumo de energía para producir luz y, por otro, reducen el problema de la generación de residuos que suponen las lámparas tradicionales al acabar su ciclo de vida útil, ya que estas «bombillas» son biodegradables.
El trabajo de estos investigadores, coordinado entre la Universidad de Columbia y la Facultad de Química de la Universidad de Sevilla, ha dado lugar a dos patentes: una para las «bombillas» con bacterias Vibrio fischeri y otra para los dispositivos luminosos con las algas Pyrocystis fusiformis. Los organismos se cultivarán en recipientes de bioplástico, para que toda la «bombilla» sea 100 % biodegradable.
Y no son los únicos que investigan las virtudes de la bioluz. La compañía alemana Philips también ha logrado crear dispositivos electrónicos usando la misma reacción química que aprovechan las luciérnagas para iluminar de noche. Esta iniciativa forma parte del proyecto Casa Microbiana de la empresa, que imagina hacer del hogar «un ecosistema cíclico cerrado» donde todos los residuos sean aprovechados y que lo que acabe en la basura se acerque a cero.
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