Hogar Conectado a Internet

Una iniciativa que persigue disminuir la brecha tecnológica e incrementar la capacidad de los trabajadores en el manejo de las tecnologías de la información.
Por Carlos Astorelli 8 de junio de 2007

Muchas personas pueden verse favorecidas por una nueva iniciativa desarrollada por la Fundación para el Desarrollo Infotecnológico de Empresas y Sociedad de sus empresas: la adquisición del programa Hogar Contectado a Internet (HCI). Los Programas HCI son un conjunto de iniciativas que impulsa la Administración Pública junto a empresas del sector informático y de las telecomunicaciones para el desarrollo de la Sociedad de la Información en España. Estos programas, dirigidos a empresas y a sus empleados, pretenden dotar a los trabajadores de un equipamiento informático con conexión a Internet para su uso personal en el hogar, con el fin de ayudarles a utilizar correctamente las Tecnologías de la Información y la Comunicación. Así, las organizaciones que implantan este programa pueden facilitar a sus empleados la adquisición de ordenadores de sobremesa o portátiles, servicios de instalación o mantenimiento, diversos programas y accesorios para Internet. La ventaja para estos trabajadores puede ser de un 50% en la reducción del IRPF y en la compra o financiación del ordenador, también se puede adquirir en propiedad, en préstamo o mediante “leasing”. Por su parte, la empresa puede deducir entre un 4% y un 8% en el Impuesto sobre Sociedades.

Incentivo fiscal

Incentivo fiscal

El programa HCI se basa en un incentivo fiscal que se otorga a las empresas que suscriben esta iniciativa para que sean intermediarias en el ‘acercamiento’ de las tecnologías de la información a los hogares: ordenadores, módem y cuota de alta en la conexión a Internet, así como programas y cursos de formación. De esta manera, además de las ventajas fiscales, se consigue una mayor capacitación y eficiencia de los trabajadores, que redunda positivamente en la productividad de la empresa.

Cada empresa puede decidirse entre los diferentes modelos de aplicación, aunque no todos son igual de convenientes para los trabajadores. La elección de uno u otro por parte de la empresa dependerá de su capacidad de inversión y sus necesidades impositivas. Las ofertas para que los trabajadores accedan a un programa HCI tienen una vigencia limitada, que la empresa determina e informa al trabajador. El plazo máximo aplicable es de cuatro años.

Por otra parte, tanto la propiedad de los equipos adquiridos por los trabajadores como la obligación de pago no sufren alteración alguna en caso de que la relación laboral se extinga, ya sea por despido o renuncia. En cualquier caso se deberá respetar lo pactado al momento de firmar el acuerdo.

Uno de los incentivos más fuertes para el bolsillo de los empleados son las ventajas fiscales: en concreto, la reducción de hasta 50% en la tributación por IRPF. Por otra parte, el modo de adquisición y de pago de los equipos -que se realiza a través de la nómina- varían en cada caso, y pueden determinar el ingreso por parte de la empresa de un porcentaje importante del equipo.

Beneficios para los empleados

La legislación ofrece diferentes modelos de aplicación de los HCI, cuyas diferencias radican en la forma en que se ceden los equipos a los empleados y en función de quién y cómo realice los pagos. Los modelos más habituales son los siguientes:

  • El empleado paga la totalidad del equipo a través de su nómina sin obligación de hacer un rendimiento fiscal por esa cantidad. En este caso la empresa funciona como intermediaria y ofrece al trabajador un pago flexible a través de la nómina, lo que brinda ventajas fiscales para el empleador.
  • La empresa paga la totalidad del equipo con el fin de maximizar su ahorro fiscal deduciendo del Impuesto de Sociedades hasta el 8% de la inversión, adicional al 32,5% previsto por ley como gasto de formación. Luego puede cederlo en préstamo o mediante el sistema de leasing o renting, es decir cuando el trabajador lo alquila con la opción de compra posterior.
  • El coste es compartido en una proporción fijada por la empresa. De esta manera, el empleado se beneficia doblemente, tanto por la parte que asume la empresa como por la tributación menor en el IRPF.

Según FUNDETEC (organización mixta conformada en un 39% por el sector público a través de la empresa Red.es y un 61% por empresas privadas), el modelo más conveniente tanto para la empresa como para el empleado es el de coste compartido. Las cifras de la organización señalan que con una inversión empresarial de entre un 15% y un 20%, la permanencia de los trabajadores es de un 80%.

Una iniciativa con soporte legal

Casi todos los procesos productivos incluyen en alguna de sus etapas el uso de ordenadores, operación de programas de cálculo y navegación en Internet. No obstante, según el Informe Anual sobre el desarrollo de la Sociedad de la Información en España 2006, realizado por la fundación France Telecom, el grado de penetración de la tecnología en los hogares españoles se encuentra en el puesto 13 del ranking europeo, sólo por encima de Grecia, República Eslovaca y Lituania.

En este contexto, los programas HCI tienen su origen en la Ley 6/2000, que aprueba “medidas fiscales urgentes de estímulo al ahorro familiar y a la pequeña y mediana empresa”, que luego toma la Ley del Impuesto sobre Sociedades. De esta manera, algunos equipos entregados por las empresas a sus trabajadores para la navegación domiciliaria por Internet son considerados gastos de formación profesional, de manera que no tributa como especie en el IRPF del trabajador, a la vez que habilita una deducción de entre 5% y 8% de los gastos incurridos por la empresa.

La ley de reforma del Impuesto sobre la Renta de las Personas Físicas ha reforzado también estos beneficios fiscales y la aplicación de los programas HCI. Por una parte amplía la exención del IRPF a los trabajadores de empresas que no abonan el Impuesto sobre Sociedades (antes, sólo las de este rubro podían aplicar los programas). Además, la reforma contempla la posibilidad de beneficiarse no sólo en la adquisición de nuevos equipos, sino también en la renovación: antes el trabajador que deseaba actualizar su ordenador no podía hacerlo con las ventajas de los programas HCI.

Casos de éxito

Programas de este tipo se han aplicado con éxito en distintos países de Europa. Quizá sea Suecia el que ofrece los resultados más elocuentes: entre 1997 y 2002 la penetración de los ordenadores en el hogar evolucionó del 38% al 82%, ocupando actualmente el primer puesto europeo en el desarrollo de la Sociedad de la Información según el estudio de France Telecom para 2006.

La Dirección General de Tributos del Ministerio de Economía y Hacienda ofrece en su página web (www.minhac.es) un servicio de consultas sobre los incentivos fiscales, disponible para empresas y trabajadores.

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