Los accidentes domésticos son una causa significativa de ingreso hospitalario y aunque, según estadísticas oficiales, los niños no son el principal grupo de edad afectado, conviene tomar precauciones para salvaguardar en la medida de lo posible la salud de los pequeños.
Según este cuadro elaborado por el Instituto Nacional de Consumo (INC), los niños son el sector según edad menos afectado por los llamados accidentes domésticos y de ocio. Estas estadísticas se integran en el D.A.D.O. Se trata de un programa de Detección de Accidentes Domésticos y de Ocio. Como vemos, el grupo más afectado es el de los individuos con una edad comprendida entre los 25 y los 44 años. Sin embargo, hemos de tener en cuenta las especiales condiciones de los niños ante los accidentes en el hogar, condiciones que los hacen más vulnerables y que implican que la gravedad de las lesiones que puedan surgir sea mayor que en otros grupos de edad.
Evidentemente, nunca está de más ser precavido, y si lo que está en juego es la salud e integridad de nuestros seres queridos, actuar de una forma cuidadosa y cauta se convierte en una obligación ineludible. Como medidas generales para evitar riesgos innecesarios en los hogares apuntaremos unos sencillos consejos:
1-Hablar con los niños. Es evidente que no tienen nuestro entendimiento, pero de alguna manera hay que ponerles al tanto de los riesgos que conllevan sus acciones. Un ejemplo típico de una comunicación equivocada que afecta a la seguridad del hogar es decir a los niños que las medicinas son «caramelos» para que se las tomen. Si actuamos así los pequeños querrán ingerir esos «dulces prohibidos». Hemos de tener en cuenta que no serán capaces de entender todo lo que les expliquemos, por ello los mensajes que les dirijamos han de ser sencillos, claros y estar adaptados a su lenguaje, es decir, expresados en palabras que conozcan.
2-No dejarles solos a menos que sea absolutamente necesario. La flexibilidad de esta regla dependerá de la edad de los niños, cuanto más pequeños sean menos recomendable es dejarlos sin vigilancia. Si tenemos que ausentarnos de casa es conveniente que busquemos a alguien que vigile a nuestros hijos.
3-Emplear mecanismos de vigilancia o intercomunicación. Para ello hay que instalar un aparato que comunique el cuarto del niño con otras dependencias de la casa, pero es muy útil para mantener controlados a los pequeños.
4-Asegurarse de que las puertas y ventanas del hogar permanecen bien cerradas y que los niños no tienen fácil acceso a ellas.
5-Los juguetes y objetos que manejen, sobre todo los bebés, deben tener un tamaño mínimo que evite que, en el caso de que se los metan en la boca, se atraganten con ellos.
6-No dejaremos a los niños en superficies elevadas, así evitaremos que se caigan.
Por último, si a pesar de todas estas atenciones llega a producirse un accidente, lo mejor es llamar a un teléfono de emergencia médica para que nos indiquen sobre qué acción tomar. En principio si el niño se ha caído y está inconsciente evitaremos moverlo, aunque podremos abrigarle con mantas. En caso de quemaduras no se le aplicarán tampoco líquidos.