Un teléfono inalámbrico está formado por una base conectada a la toma de una red fija y de uno o más auriculares que se pueden separar de ella sin que se interrumpa la comunicación ni resulten necesarios cables de enlace o prolongadores. Tiene un espacio de acción limitado, pero suficiente para dar cobertura a una vivienda media.La mayoría de los modelos funcionan con batería de hidruro metálico de níquel y en su parte móvil van provistos de pilas convencionales.
Como ventajas de los aparatos inalámbricos frente a los teléfonos fijos citaremos en primer lugar, que nos proporcionan movilidad, lo que nos ofrece más intimidad a la hora de mantener una conversación.
Los inalámbricos más avanzados tienen una gran variedad de funciones complementarias, como la de poder almacenar en la memoria los números que se utilizan más frecuentemente a modo de agenda para visualizarlos después en la pequeña pantalla del aparato o la de mostrar el número de procedencia de la llamada (siempre que se tenga contratado este servicio con la operadora, y el origen no es reservado o restringido). También permite llevar un registro de las más recientes llamadas, incluidas las llamadas perdidas.
En muchas ocasiones también dispone el auricular de una tecla o código de bloqueo para evitar las llamadas accidentales y la opción «manos libres».