Cabinas telefónicas

La ley obliga a los operadores telefónicos a mantener en funcionamiento una cabina por cada 1.500 habitantes
Por Carlos Astorelli 25 de julio de 2007

Con el incremento del uso de los móviles, las cabinas telefónicas parecían estar destinadas desaparecer, aunque la legislación europea y española las considera un “servicio universal”, lo que obliga a las empresas a mantenerlas activas. No obstante, las cabinas telefónicas también se han actualizado ofreciendo nuevos servicios para los transeúntes, con la inclusión de premios en llamadas por contestar encuestas y recibir publicidad, recargas de móvil, labores sociales de recaudación de donaciones y nuevas prácticas publicitarias. Ya hay instalados en España 2.000 teléfonos públicos de nueva generación aptos para hacer más sencillo el nuevo uso de las cabinas y se están desarrollando los de tercera generación, con pantallas táctil y de color.

Desde hace varios años, la utilización de las cabinas ha quedado unida a las propias necesidades que impone el uso del móvil. Así, según el plan o tipo de contrato que se tenga con una determinada compañía de telefonía móvil interesará más o menos usar la cabina pública para realizar determinadas llamadas.

Las encuestas no duran más de dos minutos y se realizan a los usuarios por grabación de voz, antes de que hagan su llamada

Las cabinas parecían hasta el momento haberse convertido en una carga para las compañías telefónicas. Según la normativa europea el servicio de telefonía pública tiene un estatus de «universal», y esto se mantiene inamovible pese a que el número de los móviles que funcionan en España supera en unidades a la cantidad total de habitantes. En nuestro país la ley obliga a los operadores telefónicos a mantener en funcionamiento una cabina por cada 1.500 habitantes. Pero lejos de quedarse obsoletas, las cabinas públicas se están adaptando a las nuevas necesidades de los usuarios, permitiendo el envío de sms, faxes, correos electrónicos, etc. Más aún, las cabinas se están convirtiendo en un nuevo espacio de publicidad vía mensajes y en un medio para realizar encuestas y estudios demográficos, con un aliciente para los usuarios: la llamada premio.

Encuestas y mensajes locales

Uno de los últimos servicios incorporados a las cabinas telefónicas es la elaboración de microencuestas en los teléfonos públicos. Los contratan empresas que desean realizar investigaciones o sondeos de opinión para obtener datos demográficos de los potenciales clientes. Una de las principales ventajas para esas empresas es que la cabina ofrece un gran poder de segmentación, ya que pueden elegir las zonas en las que se implementará según el perfil de los potenciales usuarios.

Las encuestas no duran más de dos minutos y se realizan a los usuarios por grabación de voz, antes de que hagan su llamada. Para ello se le pide consentimiento previo. Tienen un máximo de 10 preguntas cortas y sencillas. «El premio consiste en que el cliente se encuentra con la posibilidad de obtener gratuitamente la suma que iba a invertir en la llamada (20 céntimos de euro) por responder a este tipo de encuestas. Ahora bien, si una persona quiere hablar durante tres horas, el sistema no las cubre. Una vez agotado los primeros 20 céntimos hay que seguir metiendo monedas para hablar», asegura Ramón San Juan, responsable de Telefónica Telecomunicaciones Públicas (TTP).

Nuevo concepto de cabinas

La principal operadora de cabinas públicas en España es la empresa TTP, que mantiene el 98% de las existentes en la vía pública, con un total de 50.000. Desde el año 1994 hubo intentos de otros operadores por entrar en el mercado, pero lo que queda actualmente es una cantidad residual. «Es un negocio con mucho riesgo: el vandalismo, la intemperie y el fraude hacen casi imposible que sea rentable debido a los costos de mantenimiento, reparación y limpieza», destaca San Juan, desde TTP.

Cerca de 1.500.000 de personas realizaron llamadas diarias durante los últimos dos años

A pesar de este diagnóstico, las cifras indican que las cabinas seguirán siendo una parte inamovible del mobiliario urbano. Cerca de 1.500.000 de personas realizaron llamadas diarias durante los últimos dos años y cada día se envían 100 emails y 100 faxes. Desde hace un año se ofrece la recarga de móvil, que comprende aproximadamente unas 5.000 operaciones diarias, sobre todo en los horarios nocturnos y de fin de semana, en que las tiendas están cerradas. Y el perfil de los usuarios de cabinas telefónicas a nivel nacional es mayoritariamente de personas de entre 25 y 35 años que las utilizan con monedas (en un 37%) y con tarjetas (en un 40,9%). Pero la estrella de los nuevos servicios de las cabinas es el envío de sms, con un registro de unos 20.000 diarios.

Servicios ligados al móvil

Aparte de la mencionada función de recarga (que se encuentra vigente en también en Inglaterra), el móvil parece haberse convertido en un bastón de las legendarias cabinas telefónicas. Por una parte, se encuentra la venta de contenidos: desde los teléfonos públicos puede gestionarse la descarga de mensajes premium, juegos y tonos. Las cabinas españolas cuentan para eso con las indicaciones de la «cabinamanía». Se trata de vinilos que informan de lo que hay que hacer para recibir el código en el propio teléfono móvil después de realizar el pago a través de la cabina pública. Por este servicio se puede llegar a obtener un descuento del 50% en relación a la compra por otros canales.

«Otro servicio que está a prueba es el espacio de publicidad por bluetooth»

Otro servicio que está a prueba es el espacio de publicidad por «bluetooth». La operadora de cabinas públicas ofrece a las empresas la posibilidad de identificar los móviles que pasan cerca de una cabina para enviarles, previa autorización del cliente, un mensaje de voz o de texto con publicidad de sus productos o servicios. Hay 15 cabinas así instaladas en Madrid y otras 15 en Barcelona.

En etapa de prueba y sin cable también se halla la cabina como punto WiFi o de conexión a la Red de redes. Se trata de la adaptación de nuevos espacios en que las personas puedan trabajar con su portátil, «de paso» y de manera gratuita. Inglaterra está también probando su funcionamiento.

Tarjetas étnicas y donaciones

Las cabinas telefónicas, además de todos los servicios que acabamos de mencionar, tienen otro más: la venta de «tarjetas étnicas». Así se denominan a las tarjetas que los inmigrantes utilizan para comunicarse con sus países de origen, que hasta ahora se conseguían sólo en los locutorios, estancos y quioscos. La oferta es variada y comprende a casi todas las marcas del mercado. Hay que llamar a un número, previo asterisco y el usuario recibe un sms con el código de la tarjeta.

Las labores sociales de recaudación también son parte de la nueva oferta. TTP ha firmado un acuerdo con la ONG Nuevo Futuro, que da cobijo a niños en situación de riesgo familiar y problemas de desarraigo. La organización cuenta con pisos equipados y con profesionales para albergar a los niños. La recaudación se hace desde la cabina, marcando un número. De esta manera los transeúntes pueden donar la calderilla.

Nadie puede ser obligado a contestar preguntas o recibir mensajes de publicidad en estas cabinas

Uno de los inconvenientes de estos nuevos servicios es el posible atentado contra la privacidad: en todo caso, es necesario saber que nadie puede ser obligado a contestar preguntas o recibir mensajes de publicidad. La publicidad por «bluetooth» o las encuestas deben prever como mínimo una consulta previa al usuario, con el fin de obtener su aprobación. Si no, no se puede llevar a cabo.

Normativa europea

Los operadores históricos de este servicio -como Telefónica, France Telecom o Belgacom- reclamaban una revisión de las obligaciones más acorde con los tiempos presentes. Lo que han logrado es una promesa de revisión por parte la Unión Europea.

La directiva 2002/21/CE sobre servicio universal y derechos de los usuarios relacionados con las redes y servicios de comunicaciones electrónicas supuso un primer paso en la moderación de la exigencia a los Estados miembro de mantener una red amplia de cabinas. En el artículo dedicado a los teléfonos públicos de pago, se establece que la autoridad reguladora nacional puede obligar a garantizar la existencia de una red de cabinas “para hacer frente a las necesidades razonables de los usuarios finales en términos de cobertura geográfica, número de teléfonos, acceso a ellos por parte de discapacitados y calidad del servicio”. Pero también establece que esta misma autoridad nacional puede no imponer estas obligaciones en todo su territorio o en parte de él si está satisfecha con el alcance de estas instalaciones o de unos servicios similares. “El único rumor que se ha producido es un traslado de esas obligaciones al móvil, pero no sabemos nada concreto, por el momento hay que seguir manteniendo el servicio”, afirman desde la operadora española.

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