La obligatoriedad de registrar la jornada de los trabajadores lleva dos semanas en vigor, pero se va implantando poco a poco. Hasta el propio Gobierno ha señalado que habrá “cierta flexibilidad”. Aunque está en boca de todos, aún puedes tener algunas dudas sobre qué implica y por qué se lleva a cabo este registro de las horas trabajadas cada día. En esta breve guía encontrarás las respuestas sobre qué es el registro de jornada laboral, a quién afecta, cómo implementarlo o las consecuencias de no realizarlo.
Qué es el registro de jornada laboral
En marzo el Gobierno promulgó el Real Decreto-ley 8/2019, de medidas urgentes de protección social y de lucha contra la precariedad laboral en la jornada de trabajo, que entró en vigor el 12 de mayo. Este real decreto modifica el artículo 34 del Estatuto de los Trabajadores y obliga a las empresas a garantizar el registro diario de jornada de sus empleados que «deberá incluir el horario concreto de inicio y finalización de la jornada de trabajo de cada trabajador, sin perjuicio de la flexibilidad horaria existente». El Tribunal Superior de Justicia de la Unión Europea (TJUE) ha refrendado la norma española, al dictar una sentencia en la que señala la obligatoriedad para las compañías de llevar el registro de la jornada de sus empleados.
Por qué se obliga al registro de las horas de trabajo
Cerca de 2,6 millones de horas extraordinarias semanales no están contabilizadas en nuestro país. La medida adoptada por el Gobierno es un modo de evitar un fraude contra el trabajador, que trabaja esas horas sin computarlas, cobrarlas ni cotizar por ellas. Es, en opinión de Álvaro Aróstegui, gerente de Mi Registro Laboral, una obligación beneficiosa para el empleado, «siempre que se utilicen sistemas que sean poco abusivos y no deleguen más carga de trabajo». p>
Pero añade que, además, «es una norma cuya finalidad principal es la de inspeccionar y recaudar«. El fin no es otro, en su opinión, que posibilitar el control por parte de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
A quién afecta el registro de la jornada laboral
¿Quién debe registrar la entrada y salida en el trabajo? Deben hacerlo todas las empresas (sea cual sea su tamaño y sector) y afecta a todos los trabajadores, salvo el personal de alta dirección, autónomos (sí a sus empleados) y socios trabajadores de cooperativas.
Cómo hay que registrar las horas de trabajo
El registro se debe implementar consultándolo con los trabajadores, «teniendo en cuenta el sector en el que está la empresa y la flexibilidad laboral», explica Aróstegui. Puede regularse mediante una negociación colectiva, por un acuerdo de empresa o por una decisión del empresario, previa consulta con los representantes legales de los trabajadores en la compañía. Además, hay que conservar estos registros durante cuatro años y tenerlos a disposición de los empleados, de sus representantes legales y de la Inspección de Trabajo y Seguridad Social.
Imagen: ThePixelman
Para poder llevarlo a la práctica, existen en el mercado «aplicaciones y sistemas de gestión que garantizan el registro diario de la jornada de una forma económica y sencilla», indica el experto, que no requieren datos especialmente protegidos como los lectores de huella, además de que son más prácticos en el día a día de los empleados al ser «sistemas que no son abusivos ni intrusivos».
El sistema de app permite que todos los trabajadores puedan validar su jornada, independientemente de si es un caso de teletrabajo o cualquier circunstancia laboral. «El papel no vale», opina Álvaro Aróstegui. Por las características que señala la guía del Ministerio de Trabajo, y a tenor de inspecciones pasadas, «queda claro que los sistemas en papel no garantizan el cumplimiento del registro diario de jornada, al ser modificables, manipulables…», apunta. No garantizan el rastreo ni la trazabilidad y en su conservación es difícil garantizar la preservación y la fiabilidad e invariabilidad a posteriori del contenido.
Qué pasa si no se registra la jornada laboral: multa y mala imagen
Si no se implanta el registro de jornada laboral, la empresa puede tener que hacer frente a multas de entre 626 y 6.250 euros. Sin embargo, algunos expertos legales aseguran que podrían llegar a ser mayores. ¿Por qué? La clave está en el fallo del Tribunal de Justicia de la Unión Europea. La interpretación del TJUE supera el espíritu de la norma española y ha dictaminado que el registro de jornada no es una opción sino una obligación, ya que el «derecho a la limitación de la duración máxima del tiempo de trabajo y a periodos de descanso diario y semanal es un derecho fundamental de los trabajadores«. Y si lo que se vulnera es un derecho fundamental, las sanciones se agravarán.
Además de la sanción económica -que para las grandes empresas es una cantidad irrisoria-, no registrar las horas que trabajan los empleados puede suponer algo peor: la «caída en picado de la imagen de la empresa que no lo haga», explica Estela Martín, abogada de la asesoría Sincro Business Solutions. Y esto es mucho más perjudicial a la larga -y más difícil de recomponer- que tener que abonar una multa.
Las horas extraordinarias son la cantidad de tiempo adicional que un empleado realiza sobre su jornada de trabajo. Por tanto, quedarse una hora o dos después del trabajo para terminar una tarea son horas extras y, como tal, deben ser compensadas. La compensación puede hacerse de dos maneras: con una cuantía económica (como mínimo igual a la retribución ordinaria que percibe el trabajador en sus horas ordinarias) o con un descanso retribuido equivalente en los cuatro meses siguientes a la realización de las horas extras.
Las horas extras son voluntarias para el empleado, a no ser que estén estipuladas en el contrato individual de trabajo o en el convenio colectivo o si se deben a causas de fuerza mayor.