El Consejo de Ministros del pasado viernes dio su visto bueno al Real Decreto que regula la nueva selectividad. La renovada Prueba de Acceso a la Universidad (PAU) se celebrará por primera vez en junio de 2010.
El Ministerio de Educación afirma que la nueva PAU permitirá a los alumnos mejorar la nota presentándose a una prueba voluntaria sobre materias relacionadas con los estudios universitarios que quieran seguir. Además, explica que el formato de respuesta deberá garantizar la aplicación de unos criterios de evaluación objetivos que serán aprobados y dados a conocer previamente, de manera que se garantice una corrección más justa y con más garantías para los alumnos.
Así, la prueba «valorará la madurez del alumno a la hora de elegir su futuro académico y evaluará los conocimientos vinculados al título de Grado que quiera cursar», asegura Educación. Otra novedad es que incorporará una prueba oral de lengua extranjera que podrá ser en inglés, francés, alemán, italiano o portugués, a partir del curso 2011/2012.
Dos fases
La nueva PAU se divide en dos fases «que permiten aumentar las opciones de elección de los alumnos, valorar las materias en las que el alumno obtiene una mejor calificación y vincular de una manera más directa el bachillerato y la Universidad», apunta el Ministerio.
En la fase general, al igual que en la actual selectividad, los estudiantes deberán examinarse de las materias comunes (lengua castellana y literatura, lengua extranjera, historia o filosofía y, en su caso, lengua cooficial) y se incorporará una materia de modalidad elegida por el alumno, es decir, una de las asignaturas especializadas asociadas a una de las tres vías que los alumnos cursan en bachillerato (Artes, Ciencias y Tecnología, o Humanidades y Ciencias Sociales).
De la misma manera que sucede actualmente, los alumnos que obtengan un cinco de media entre la nota de bachillerato (que contará un 60%) y la calificación obtenida en la fase general de la PAU (que contará un 40%), podrán acceder a la Universidad siempre que hayan obtenido un mínimo de cuatro puntos en esa primera fase.
La fase específica, por su parte, permitirá a los alumnos que quieran acceder a las facultades que hayan limitado el número de plazas, mejorar la nota de acceso. En este caso, los alumnos se examinarán de otras asignaturas de modalidad diferentes a las de la fase general, aunque no las hayan cursado durante el bachillerato, que estén asociadas a la rama de conocimiento del Grado en el que quieran ser admitidos.
Cada uno de los dos exámenes voluntarios supondrá sumar hasta un punto a la nota final del alumno, o dos si la Universidad ha señalado esa asignatura como una de las prioritarias. A comienzo de cada curso las universidades señalarán las materias que consideran prioritarias para sus distintas enseñanzas, con el objetivo de que los alumnos puedan planificar su bachillerato en función de lo que quieren hacer en el futuro. «Con este sistema, los alumnos accederán a la Universidad con una mejor preparación previa, que les permitirá afrontar con mayor garantía de éxito los estudios universitarios», concluye Educación.