No han terminado sus estudios, ni están cualificados para acceder a un puesto de trabajo. ¿Qué alternativa les queda a los miles de jóvenes que abandonan el sistema educativo antes de tiempo? Para afrontar esta problemática, la Unión Europea inició hace ya una década un proyecto innovador denominado “Escuelas de la Segunda Oportunidad”, una iniciativa para proporcionar a los jóvenes que abandonan la enseñanza oficial nuevas posibilidades de obtener formación y competencias para su futura inserción laboral.
Imagen: Nicolás Zabo Zamorano
El 31,2% de los jóvenes españoles de 18 a 24 años no ha completado la educación secundaria postobligatoría
El 31,2% de los jóvenes españoles de 18 a 24 años no ha completado la educación secundaria postobligatoría, según los últimos datos del Ministerio de Educación. Esta elevada cifra, muy por encima de la media europea (15%), constituye hoy en día uno de los principales retos en materia de formación en nuestro país, que se ha propuesto como meta reducir esta tasa a la mitad en el plazo de 10 años.
Para combatir el fracaso escolar, las administraciones han iniciado en los últimos años diversos programas encaminados a la reinserción en el sistema educativo de estos jóvenes que lo abandonan de forma temprana. Pero esta fórmula no siempre es válida para todos los perfiles de estudiantes. Como se apunta en el reciente informe ‘Fracaso y abandono escolar en España’, de la Obra Social Fundación La Caixa, el proceso del fracaso escolar, en términos personales, «es una combinación de dos ingredientes en mayor o menor grado: el desinterés y la dificultad».
La propuesta europea
Es necesario que se propongan otras oportunidades formativas que sean motivadoras y se adapten a las dificultades
Dado este carácter personal del abandono escolar, es necesario que las respuestas de las administraciones no estén siempre encaminadas al reenganche al sistema educativo, sino que se propongan otras oportunidades formativas que sean motivadoras y se adapten a las dificultades y necesidades particulares de cada joven.
Con este enfoque, la Unión Europea puso en marcha en 1999 el proyecto «Escuelas de la Segunda Oportunidad». Su objetivo es fomentar instituciones educativas cuyos planteamientos tengan en cuenta factores que motiven el aprendizaje de una forma diferente a los modelos tradicionales. La clave de estas escuelas es adaptarse a las necesidades de los jóvenes que han abandonado el sistema educativo, a través de la oferta de actividades de formación variadas y atractivas y la motivación por emprender nuevos caminos.
La propuesta de la Unión Europea es que estos modelos de formación se rijan por cinco principios fundamentales:
Cada escuela desarrolla su programa formativo conforme a las características específicas del núcleo de población
A partir de estas premisas, cada escuela desarrolla su programa formativo conforme a las características específicas del núcleo de población donde se ubica y de las necesidades particulares de los estudiantes a los que atiende. En general, se incluyen módulos de habilidades sociales, actividades artísticas, talleres de búsqueda de empleo, cursos de idiomas e informática, e incluso, en algunos casos, prácticas profesionales concertadas con las entidades públicas o privadas comprometidas con el proyecto.
Pero, ante todo, lo que prima en los programas, que suelen tener una duración similar al curso académico, es la flexibilidad, de modo que el estudiante no se vea tentado a abandonar de nuevo. Por ese motivo, la participación en las escuelas no es impositiva, siempre es a demanda del estudiante, que puede ser, en algunos casos recomendado por servicios de atención sociales u otras entidades dedicadas a atender a los jóvenes en situación de riesgo de exclusión.
Implantación en España
Barcelona y Bilbao fueron las ciudades españolas pioneras en la implantación de Escuelas de la Segunda Oportunidad en nuestro país. Enn los últimos años se les han unido otros municipios como Gijón, Leganés, Parla o Mérida.
Desarrolla actitudes, valores y hábitos personales y sociales para ayudarles a desenvolverse en sociedad
La Escuela de la Segunda Oportunidad de Bilbao ha sido uno de los principales referentes españoles, ya que comenzó su andadura dentro del programa piloto de la Comunidad Europea antes del lanzamiento del mismo. Esta escuela, gestionada por la sociedad pública del Ayuntamiento Lan Ekintza, acogió cada curso, desde el año 1997 al 2000, a más de 150 jóvenes entre 16 y 20 años del municipio. Durante 35 semanas, estos estudiantes atendían un promedio de 35 horas de formación semanales dedicadas a la preparación para la inserción laboral, habilidades sociales y conocimientos de informática e idiomas, entre otras enseñanzas.
En la actualidad, la Escuela de la Segunda Oportunidad de Gijón, en funcionamiento desde el año 2001, es una referencia en el marco de nuestro país, de hecho, su trayectoria ha sido reconocida con el Premio Nacional de Calidad del Organismo Autónomo de Programas Educativos Europeos (OAPEE). El centro atiende a jóvenes entre 14 y 25 años en situación de especial riesgo; para ellos, elaboran itinerarios individualizados estructurados en un plan de trabajo. Este plan incluye además medidas específicas de orientación y asesoramiento y formación en competencias tan idóneas como nuevas tecnologías o idiomas.
Los resultados de muchas de estas escuelas son alentadores para futuras iniciativas
La escuela de Gijón pertenece a la Asociación Europea de Escuelas de Segunda Oportunidad, una red que cuenta con más de cuarenta centros asociados en toda Europa. Los resultados de muchas de estas escuelas son alentadores para futuras iniciativas: en Copenhague, el 90% de los estudiantes que finalizaron el pasado año 2009 en la escuela continúan en la actualidad con otras actividades formativas, mientras que en la red de Francia, una de las más activas, el 62% de los jóvenes que atiende estos programas encuentran una salida, bien con unas prácticas laborales o con un primer empleo.