Los españoles creen que la educación en nuestro país no va bien, a tenor del último barómetro del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS). Preguntados por su opinión acerca de la situación de la educación en los colegios e institutos españoles, la mayoría de los encuestados, el 37,8%, no le da más allá de un «regular»; el 34% la cataloga como «buena», y para el 24% es «mala» o «muy mala».
Echando la vista atrás, también son más los que detectan retroceso en lugar de avance en busca de la excelencia educativa. Para el 37,1% las cosas han ido a peor en la última década; el 34% no es tan pesimista y ve cierta mejoría, y el 18,6% cree que la situación viene a ser la misma que hace diez años.
También cabe una cierta autocrítica. Casi el 60% considera «insuficiente» la atención que la sociedad en su conjunto presta al tema educativo. Más de dos terceras partes, el 70% de los consultados, opinan que el desarrollo social y personal de los niños y adolescentes debe ser responsabilidad, a partes iguales, del centro educativo y la familia, aunque el 24% señala a esta última como agente principal en la educación y socialización de los chavales.
Sobre cuál debe ser el objetivo básico del sistema educativo, el 62% responde que garantizar a todos los alumnos un nivel básico de conocimientos.
Labor de los profesores
La labor docente de los profesores en colegios e institutos merece una valoración desigual. Casi el 64% de los encuestados la califica como «buena» o «muy buena», aunque cree, del mismo modo, que los alumnos no piensan lo mismo, ni está suficientemente considerada por la sociedad.
La ausencia de disciplina en los centros, la conflictividad, la poca preocupación de los padres por la educación de sus hijos y la escasa motivación de los alumnos por aprender son, por este orden, los problemas más relevantes que acechan a la enseñanza, según el CIS. Y de ellos, la conflictividad y el desinterés de los padres son los que, en una segunda pregunta, más destacan las personas encuestadas. En concordancia, las dos líneas de actuación más demandadas son la implicación de las familias en la educación de sus hijos y el refuerzo de las medidas disciplinarias.
Esfuerzo compartido
Respecto a estos resultados del barómetro de julio del CIS sobre la enseñanza no universitaria, el secretario general de Educación, Alejandro Tiana, declaró que refuerzan la idea ministerial del «esfuerzo compartido» para la mejora del sistema educativo.
Tiana destacó el dato de que el 70,1% de los entrevistados cree que la responsabilidad del desarrollo social y personal de los jóvenes debe ser compartida a partes iguales entre los centros docentes y las familias. Así, entendió que la población tiene una opinión del sistema educativo «mucho más equilibrada» que la visión catastrófica de algunos discursos, aunque -según él- que los encuestados identifican problemas y deficiencias «que, sin duda, hay que resolver».
En comparación con la encuesta de 2002, el secretario general de Educación destacó que la proporción de quienes consideran que la educación es buena o muy buena ha pasado del 27%, aproximadamente, al 35,4%; y los que la ven como mala o muy mala han bajado del 23 al 24,4%.
En cuanto a que gran parte crea «insuficiente» la atención que el conjunto de la sociedad presta a la educación, insistió en la necesidad de que todos se impliquen para lograr su mejora. También señaló la necesidad de mejorar la convivencia en las aulas, ya que la falta de disciplina y la conflictividad en los centros son algunos de los problemas más importantes que perciben los entrevistados.
Para mejorar la atención a la diversidad son necesarias, dice Tiana, medidas concretas, tanto legales como de tipo organizativo por parte de los centros y apoyo de las administraciones, con recursos y medios adicionales.
