El fósil de un pez hallado en la provincia china de Yunan ha aportado datos claves sobre la evolución de la nariz, al mostrar un estadio intermedio en la formación del apéndice nasal tal como lo conocemos, según un estudio publicado hoy en la revista «Nature».
Científicos del Instituto de Paleontología de Vertebrados y de Paleoantropología de la Universidad de Pekín encontraron un fósil de pez «Kenichthys campbelli», de 395 millones de años, y vieron que su «nariz» estaba a medio camino de la que presentan hoy en día los vertebrados terráqueos.
Actualmente, las especies más avanzadas, incluidos los humanos, tienen una nariz que se une a la garganta a través de conductos. El primitivo pez presenta unos orificios nasales que se abren en mitad de sus dientes superiores, casi como si tuviera un paladar partido, describen los investigadores Min Zhu y Per E. Ahlberg en la prestigiosa publicación británica.
Según los científicos, éste es el estadio intermedio que prueba que los conductos nasales internos se originaron en dos orificios nasales. La mayoría de los peces modernos tiene cuatro orificios nasales externos, mientras que las criaturas terrestres tienen dos externos que conectan con dos internos, llamados coanas, que son los que comunican el tracto respiratorio con el deglutorio.
El fósil del pez demuestra, por tanto, que los coanas surgieron de un par de orificios nasales que, con el tiempo, se extendieron hasta la garganta a través de la boca, una teoría que hasta ahora ponían en entredicho algunos investigadores. «Este debate, que ha durado cerca de un siglo, parece haber llegado a su conclusión con estos nuevos datos», afirma en «Nature» Phillipe Janvier, del Museo de Historia Natural de París.