Hay dueños a quienes no les importa que el perro duerma en su cama y otros que imponen la norma de que el can descanse en su propio espacio. El caso es tener claro qué opción se prefiere y mantenerla siempre, porque el perro necesita coherencia para entender y acatar las normas.
Si se pretende que el perro duerma en su propia cama, hay que enseñarle a hacerlo desde cachorro. Puede que desconozca cuál es su sitio para dormir, por lo que será necesario señalárselo desde el primer momento en que llega a casa.
Hay que respetar a rajatabla la intimidad y tranquilidad del perro cuando se retira a su lugar de descanso
Si se prefiere, se puede tener en cuenta la elección del perro, es decir, si el animal escoge un lugar para dormir, que se convierte en su rincón predilecto para descansar, será mucho más sencillo decidir el lugar donde colocar su colchoneta.
En el momento en que el perro selecciona su lugar de descanso, hay que reforzar su elección, acompañarle a su rincón para que duerma, mientras se le dice «túmbate». Una vez que se consigue que el perro encuentre su lugar de descanso y retiro, aprenderá a estar solo en él y no se pondrá tan nervioso cuando no hay nadie en casa.
Una opción práctica al elegir la cama del animal es escoger el trasportín o receptáculo donde el animal realiza los viajes. De esta manera, lo usará sin problema cuando tenga que salir de viaje y dormir fuera de casa. El trasportín debe ser cómodo y amplio, además de contar con una colchoneta especial para perros.
Zona de descanso, no molestar al perro
Si el perro sabe cuál es su lugar de descanso e intimidad, podrá estar tranquilo cuando lo desee y, de esta manera, el resto de la familia tendrá también su propio espacio. Hay que respetar a rajatabla la intimidad y tranquilidad del perro cuando se retira a su lugar de descanso. Y esto es algo que conviene inculcar sobre todo a los niños. De esta manera, el perro asociará siempre la hora del sueño y de descanso con su cama y no con la de sus dueños.
«Más vale prevenir que curar para evitar situaciones que no deseamos que ocurran», asegura Helena Bat, etóloga. Explica que si desde el principio no se deja hacer al perro algo que no queremos que ocurra, como en este caso dormir en nuestra cama, el perro lo asumirá y no lo hará. Helena Bat añade que una vez que se tiene el problema, la solución es «ser muy insistente, de forma que cuando el perro se sube a la cama, nosotros le bajamos sin perder los nervios ni enfadarnos con él y repetimos la operación cuantas veces sea necesario».
Dormir en su cama desde cachorro
Las normas deben plantearse con el perro desde que es un cachorro. Las situaciones a las que no se acostumbre desde joven serán más difíciles de superar cuando sea adulto. El comportamiento del perro es el resultado de su herencia genética, de la educación que ha recibido y de las experiencias que vive, sobre todo cuando es un cachorro. Si queremos un perro equilibrado y que acate ciertas normas, hay que sentar las bases cuando es cachorro.
Niños que duermen con perros
Los niños en casa son un imán para que el perro suba a su cama y duerma con ellos. Es posible que desde un principio el perro duerma con el niño y que ambos estén a gusto. No hay problema para la salud del niño si el perro está desparasitado y vacunado. Es posible que haya permisividad con respecto a que el perro duerma con él y no en relación a otras situaciones.
El animal puede subir a la cama del niño, pero no al sofá o a la cama de los adultos. Esta circunstancia debe quedar clara desde un principio para que el perro sepa a qué normas debe atenerse.
Si se pretende que el perro duerma en su propia cama, hay que enseñarle a hacerlo desde cachorro
Si el perro no tiene problemas de conducta y tiene asumida una jerarquía familiar correcta, no hay problema en que niño y perro duerman juntos. De hecho, puede convertirse en un buen compañero nocturno para el niño, de forma que le ayude a superar sus posibles miedos a la oscuridad.
El hecho de que el perro duerma en la cama de sus dueños, no tiene por qué suponer un problema u obstáculo para una convivencia satisfactoria con el perro, siempre que así lo hayan decidido los dueños. De hecho, muchas familias comparten cama con su perro y la convivencia es plenamente satisfactoria.
Tanto si se permite al animal dormir en la cama de sus dueños, como si no, hay que dejarlo claro con el perro desde el primer momento y ser coherente con la decisión tomada.
Se puede usar como cama el trasportín que se utiliza para viajar. De esta manera, el perro se sentirá cómodo en él cuando esté fuera de casa.
Respetar la decisión del perro de dormir en determinado sitio y colocarle allí su cama.
Cuando el perro tiene asignado y asumido un lugar de descanso, respetar su espacio y nunca molestarle cuando se encuentra en él.
Aplicar la norma de “prohibida la cama” desde que es un cachorro. No esperar a que sea más mayor.