Cuánto vive una tortuga y otras 9 curiosidades de este reptil

Las tortugas existen desde hace millones de años, pueden llegar a vivir más de un siglo y hay más de 300 especies. Si no lo remediamos, muchas desparecerán del planeta, ya que están en peligro de extinción
Por Sonia Recio 28 de septiembre de 2022
10 datos sorprendentes tortugas
Imagen: Mojca
Las tortugas o quelonios no son anfibios, pertenecen al orden de los reptiles. Comparten características con las serpientes, los cocodrilos y los lagartos. Son animales vertebrados, ovíparos y de “sangre fría”: no mantienen una temperatura corporal constante y se adaptan a la que hay en el ambiente. Habitan en medios acuáticos y terrestres. Los investigadores han censado más de 300 especies que comparten muchas características, como la ausencia de cuerdas vocales o la capacidad de comunicarse antes de nacer. Conozcamos un poco más a estos animales tan fascinantes.

1. Están entre las especies de animales más antiguas

Al igual que otros reptiles, las tortugas llevan sobre la faz de la Tierra millones de años. Los paleontólogos sitúan a la primera especie en el periodo Triásico, hace más de 250 millones de años. El antepasado en cuestión es el Eunotosaurus, raíz del árbol genealógico de los testudinos, una orden de reptiles caracterizada por tener un tronco ancho y corto cubierto por un caparazón duro que protege sus órganos internos y en el que pueden retraer la cabeza, la cola y las extremidades.

2. Las tortugas son muy longevas

Las tortugas se clasifican en acuáticas (de agua dulce y marinas) y terrestres:

En enero el Guinness World Records distinguió a la tortuga Jonathan como “el animal terrestre vivo más longevo del mundo”: ¡cumplió 190 años! El ejemplar reside en la isla de Santa Elena, un territorio perteneciente a Reino Unido próximo a la costa de Angola (África). El animal ha perdido la vista y el olfato, pero no el oído. Sus cuidadores aseguran que goza de un buen estado de salud y disfruta con la compañía de las personas.

3. No tienen orejas, pero oyen

El sistema auditivo de las tortugas está compuesto por oído medio e interno. Pueden escuchar vibraciones y sonidos de baja frecuencia. Las especies marinas oyen mejor que las terrestres, si bien son capaces de identificar con claridad la voz humana.

4. Tampoco tienen dientes

Tanto las tortugas marinas como las terrestres no disponen de dientes. Pero esto no significa que su boca sea blanda. Sus mandíbulas tienen una estructura de queratina que les confiere gran dureza. Gracias a este pico rígido, y en ocasiones dentado, pueden romper con facilidad algas y triturar animales, como los crustáceos.

5. Ni cuentan con cuerdas vocales

La falta de cuerdas vocales no impide a estos animales comunicarse. Lo hacen incluso antes de haber nacido: las crías, cuando están dentro del huevo, mucho antes de eclosionar, ya interactúan con la madre. Dependiendo de la especie, las tortugas emiten sonidos similares a chillidos, crujidos y silbidos graves o guturales. Muchos se producen durante el cortejo y el apareamiento.

tortuga mandíbulas queratina
Imagen: John

6. Cada especie tiene un caparazón distinto

El caparazón protege a la tortuga de sus depredadores. Está formado por una parte del endoesqueleto de huesos dermales (50) y por una epidermis córnea externa protectora compuesta por escudos rígidos cubiertos de queratina. La parte dorsal se denomina espaldar y la parte central, peto o plastrón.

Cada especie de tortuga luce un caparazón distinto. Puede ser liso, rugoso o granuloso. También tiene diferentes diseños, con el fin de ayudar al animal a camuflarse.

Si bien la mayoría de las tortugas tienen caparazones duros, hay una especie que lo tiene flexible o blando: son las exóticas tortugas de caparazón suave, cuyo cuerpo está cubierto con una gruesa capa de piel.

Y como reptiles que son, cambian de piel. El proceso, llamado ecdisis, suele producirse una vez al mes, aunque este tiempo depende de varios factores. La climatología, la alimentación y la edad del animal (las tortugas jóvenes mudan la piel con más frecuencia que las adultas) son circunstancias que afectan.

Además de la piel, las tortugas cambian las escamas del caparazón y del vientre (plastrón). La frecuencia de muda depende de la especie, pero lo habitual es que se produzca dos veces al año.

7. La temperatura exterior influye en el sexo

El sexo de las tortugas no está condicionado por los cromosomas, tal y como sucede con los mamíferos. Un grupo de investigadores de la Universidad de Duke (Estados Unidos) ha descubierto que la temperatura de incubación es determinante para que las crías sean machos o hembras. Este fenómeno ya se da en otros reptiles, como los lagartos y los caimanes. De esta forma

  • si la temperatura es fría, se activan una serie de genes que permiten que se desarrollen los testículos.
  • por el contrario, cuando la temperatura es más elevada, los órganos reproductores masculinos no se desarrollan y nace una hembra.

Aunque este dato pueda parecer irrelevante, en los últimos años, y debido al calentamiento global, se ha contabilizado muchos menos nacimientos de machos, lo que pone en peligro la supervivencia de algunas especies.

8. Las tortugas están en peligro de extinción

Según la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), hay 187 especies de tortugas marinas y terrestres que se encuentran seriamente amenazadas. Entre éstas, 127 están en peligro crítico de desaparecer por completo a lo largo de este siglo, si no ponemos remedio.

El cambio climático, la destrucción de sus hábitats naturales, la acción depredadora de especies invasoras en sus ecosistemas y el tráfico ilegal de animales (sobre todo en Asia, donde son utilizadas en la medicina tradicional, como alimento y mascotas) son los motivos principales por los que la población de tortugas está disminuyendo peligrosamente.

tortuga gigante
Imagen: Penny

9. La tortuga de las Galápagos es la más grande

Entre las especies terrestres, la tortuga gigante de las islas Galápagos es la de mayor tamaño. Pueden llegar a medir más de dos metros y pesar hasta 400 kg. En segundo lugar, se sitúa la tortuga gigante de Aldabra, residente en las islas Seychelles, y en tercer puesto, la tortuga de espolones africana.

En cuanto a las especies de tortugas marinas, la más grande es la laúd. Puede llegar a pesar 700 kilogramos y medir de largo 160 centímetros. Los siguientes puestos en el pódium del tamaño lo ocupan la tortuga boba o tortuga cabezona y la tortuga verde.

10. Han viajado al espacio

En 1968 una pareja de tortugas viajó hasta la Luna acompañadas de varias moscas del vino, escarabajos, larvas de la harina, plantas y distintos organismos unicelulares. Los animales participaron en la misión espacial rusa ‘Zond 5’.

Los científicos soviéticos eligieron a los reptiles por sus características físicas: su bajo consumo de oxígeno, combinado con su capacidad de sobrevivir varios días sin alimentos, los convertía en dos tripulantes idóneos. El experimento concluyó sin incidentes. Las tortugas regresaron a la Tierra a los siete días, tras orbitar a 1.950 kilómetros de la superficie de la cara oculta de la Luna.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube