Bichón maltés: todo lo que debes saber sobre esta raza

El maltés es una raza pequeña, pero con mucho atractivo por su apariencia elegante y distinguida de movimientos suaves y rápidos.

Los bichones malteses tienen un cuerpo alargado, compacto y bien proporcionado. De extremidades cortas y firmes.

Su altura puede variar de los 20 a los 25 cm a la cruz (desde la base del cuello al suelo y su peso ideal ronda los 3-4 kg.

Los ojos son grandes, redondos, oscuros y de expresión viva, alerta. Las orejas, de tamaño mediano, caen hacia los lados y están cubiertas de pelo largo y suave. La cola es de inserción alta, la lleva sobre la grupa. A menudo, se enrosca hacia un lado. Son perros longevos. Tienen una esperanza de vida que va de los 12 a los 15 años.

El pelaje del bichón maltés es una de sus características más distintivas y hermosas. Posee un manto largo sin capa interna, denso, brillante, sedoso y liso que cae en cascadas.

El color es blanco puro. Esta exclusividad es un rasgo destacado de la raza, aunque también existen algunos ejemplares marfil y en tonos naranja claro.

La historia del bichón maltés tiene un largo e impreciso recorrido. Hay creencias que mantienen que proceden de perros del Antiguo Egipto, porque se encontraron representados en tumbas de faraones. Y que fueron los fenicios los que, en la antigüedad, cuando dominaban el Mediterráneo antes que los griegos, los introdujeron en Malta, que era un puerto marítimo muy importante donde ricos comerciantes y navegantes intercambiaban materias primas como seda o especias.

Su nombre, maltés, se asocia con la isla de Malta pero proviene de la palabra en lengua semita ”malat” que significa algo así como puerto o refugio. Este término forma parte de nombres de distintos lugares del Mediterráneo, además de Malta, como Méleda o Mijet en el Adriático o Melita en Sicilia. Los antepasados del bichón maltés pudieron vivir en estos lugares con puerto, donde se usaban para cazar roedores.

Hay referencias a la raza en escritos de filósofos y poetas de la Antigua Grecia y la Antigua Roma, donde se les consideraba un símbolo de estatus y pasaron a ser mascotas de compañía.

Actualmente el maltés es conocido en todo el mundo, pero es muy común en Italia, país que ostenta su patrocinio.

El American Kennel Club (AKC) reconoció la raza oficialmente en 1888 y la Federación Cinológica Internacional (FCI) en 1955.

El bichón maltés tiene un encanto natural irresistible.

Cariñoso, leal y muy apegado a su círculo cercano, no le gusta estar sólo y reclamará mimos y caricias constantes. Le encanta la compañía humana.

Es muy inteligente y dócil, lo que hace que educarlo resulte fácil. Responde bien al adiestramiento con refuerzos positivos basados en recompensas.

Aunque es pequeño, también es bastante enérgico. Le gusta jugar, es divertido y alegre.

El bichón maltés tiene un carácter afable y obediente que le hace valorar la tranquilidad y adaptarse sin problemas a un estilo de vida más calmado.

Como ocurre con otras razas pequeñas, es un buen perro alerta. Si algún movimiento o ruido extraño le genera desconfianza, ladrará para avisar. Es intrépido, no suele mostrar miedo.

Por su naturaleza juguetona, su docilidad y su inteligencia se pueden entrenar con éxito para que aprendan comandos y trucos como equilibrios sobre dos patatas,  girar sobre sí mismos, slalom (práctica en la que debe cruzar de lado a lado entre las piernas de su dueño), o dar la pata. También destacan en obediencia.

Los pequeños malteses son activos y resistentes, a menudo obtienen buenos resultados en deportes como el agility.

Son habituales en las exposiciones caninas por su bello aspecto.

Las relaciones con los niños pueden ser buenas, pero hay que  enseñarles a respetar a su mascota y a tratarla con cuidado. Deben ser conscientes de que no es un juguete y que por su pequeño tamaño es más delicado. Cuando jueguen o interactúen es recomendable estar pendiente para evitar que se produzcan situaciones desafortunadas.

Con una adecuada socialización temprana el maltés no tendrá problemas con otros perros y mascotas.

El bichón maltés necesita una serie de cuidados específicos y bastante dedicación para proteger su bonito y saludable aspecto.

El maltés tiene una sola capa de pelo y muda poco, pero su largo y sedoso pelo requiere una atención continua y especial. Debe ser cepillado a diario para evitar que se formen nudos, eliminar el pelo muerto y conservar su brillo natural.

Para garantizar un mejor mantenimiento y cortar el pelo de vez cuando, suele ser necesario acudir al peluquero canino.

Se recomienda un baño cada dos semanas o una vez al mes, en función del grado de suciedad del manto, usando un champú suave y específico para perros.

Además, su largo pelo tiene que secarse completamente después del baño para prevenir una acumulación de humedad que pueda provocar problemas en la piel.

El abundante pelo que cubre todas las partes del cuerpo del bichón maltés, hace necesarias unas revisiones y limpiezas más exhaustivas de los oídos, los ojos y los lagrimales para prevenir irritaciones, infecciones, la acumulación de suciedad y las manchas.

La higiene dental es de vital importancia porque una mala salud oral puede afectar la salud general del perro, y esta raza es propensa a tener problemas dentales conforme se van haciendo más mayores. Los dientes deben cepillarse de manera regular con una pasta indicada para ellos y ocasionalmente realizar limpiezas profesionales en el veterinario.

Las uñas del maltés suelen crecer bastante rápido. Tienen que cortarse más frecuentemente para prevenir que le hagan heridas o le provoquen molestias al caminar.

El hocico necesita una limpieza constante porque al estar cubierto de pelo largo tiende a ensuciarse más con la saliva o la comida.

Su pelaje largo puede hacerlo más susceptible a infestaciones de pulgas y garrapatas. Hay que revisar su manto a menudo y seguir las indicaciones del veterinario sobre el uso de productos antiparasitarios.

El maltés es un perro activo que también adora estar tranquilo. Por este motivo no necesita hacer mucho ejercicio, ni que sea intenso.

Será un perro feliz y equilibrado si puede dar cortos paseos diarios en los que pueda liberar energía, explorar y socializar, y entretenerse con juegos de búsqueda, juegos interactivos y juguetes en casa, como los huesos o las pelotas de goma.

También aceptará de buen grado los entrenamientos de obediencia y la práctica puntual de algún deporte canino.

Los malteses se pueden alimentar tanto con pienso de alta calidad, seco o húmedo, para razas pequeñas, como con comida casera. Para hacerlo acertadamente deben seguirse las recomendaciones del fabricante y los consejos del veterinario o nutricionista canino. Siempre teniendo en cuenta la salud y el nivel de actividad del perro en cada etapa de su vida.

El bichón maltés no suele hacer mucho ejercicio, y eso le predispone a tener sobrepeso más fácilmente. Es conveniente controlar las calorías y limitar lo máximo posible las golosinas, los snacks o los premios que son tan habituales cuando se adiestra con refuerzos positivos.

Al ser una raza pequeña, su reducido estómago también puede ser más delicado. Para prevenir problemas gastrointestinales, es conveniente cuidar su alimentación, distribuyéndola en varias comidas al día y con cantidades más reducidas.

Aunque el bichón maltés es un perro fuerte, sano, y tiene una esperanza de vida larga, puede desarrollar distintas enfermedades o dolencias que son comunes en la raza.

Luxación de rótula: se produce cuando la rótula se sale de su sitio en la articulación de la rodilla. Para no complicarla es importante que el maltés no tenga sobrepeso.

Problemas oculares: provocados por el pelo que rodea los ojos, y que puede originar un lagrimeo continuo, irritaciones y conjuntivitis.

Problemas dentales: debido a su boca pequeña y compacta, en la que puede acumularse fácilmente placa y sarro, los dientes y las encías se vuelven más sensibles y pueden desarrollar gingivitis o periodontitis.

Además de enfermedades cardíacas, problemas renales o, incluso, algún tipo de cáncer.

Marilyn Monroe tuvo un bichón maltés llamado “Maf”, diminutivo de «Mafia Honey“, regalo de Frank Sinatra para animarla por su ruptura con Arthur Miller. Fue su inseparable mascota durante sus dos últimos años de vida. La acompañaba a todos lados, a los set de rodaje, a fiestas de Hollywood, a entrevistas, de compras, a restaurantes, e incluso en sus encuentros con personalidades como el presidente Kennedy.

Mafia Honey se recuerda como parte importante de la vida y el legado de la icónica actriz por la conexión especial que existió entre ambas.

Es una raza perfecta para hogares de cualquier tipo, pero, como no precisa mucho espacio, es ideal para vivir en un piso.

El maltés es bastante dependiente y necesita una familia o un dueño que le preste toda su atención. Si no es posible dedicarle mucho tiempo, es mejor intentar acostumbrarle desde cachorro a estar solo en determinados momentos, u optar por otra raza que lleve mejor la soledad.

Son perros tranquilos y poco deportistas, indicados para personas mayores o familias menos activas.

Sus bonitos atributos físicos, su pequeño tamaño y su buen carácter hacen la raza extraordinaria y muy deseable. En definitiva, el bichón maltés puede ser una estupenda elección como primera mascota en casa sin miedo a equivocarse.