Vivir con un perro anciano, siete ventajas de peso

Dos de cada diez perros que se abandonan en España son canes ancianos que necesitan un nuevo hogar y una segunda oportunidad
Por Eva San Martín 20 de agosto de 2013
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Los perros ancianos que han perdido su hogar merecen una segunda oportunidad. Dos de cada diez canes que se abandonan en España tienen siete años o más. Aunque la inercia de los adoptantes es optar por un cachorro o animal joven, muchos desconocen las ventajas de adoptar un perro abuelete: ya está educado y aprende más rápido, no mordisqueará la casa, no requiere paseos tan largos y será un gran compañero de fatigas. Adoptar un perro anciano dejará el recuerdo de una amistad verdadera.

Adoptar a un perro anciano, un abuelete peludo que lo necesita

Un perro anciano que ha perdido su hogar necesita una segunda oportunidad. Un can con siete o más años precisa una familia que le quiera y cuide de él. «Un perro anciano puede perder su hogar por muchas razones, desde el fallecimiento de sus dueños hasta por una decisión cruel de sus propietarios, que deciden abandonarle una vez que deja de ser un perro tan joven como antes», afirman desde la plataforma SrDogs, un movimiento dispuesto a encontrar un hogar a los canes ancianos que lo necesitan.

Las familias con perro se rompen, los canes se pierden, los dueños de animales enferman o fallecen… Y esto implica a los animales más mayores. Casi dos de cada diez perros que se abandonan en España son ancianos, según el estudio Fundación Affinity sobre abandono de animales de compañía. «¿No merecen estos perros una segunda oportunidad?», se preguntan desde esta asociación.

Pero encontrar personas dispuestas a adoptar a un perro de edad avanzada es complicado, ya que las familias suelen preferir cachorros o perros jóvenes, sin importar demasiado el sexo o la raza. La llegada de un perro mayor a casa, sin embargo, puede traer experiencias tan enriquecedoras y placenteras como la adopción de uno de corta edad.

A continuación se recogen siete motivos de peso para adoptar un perro anciano que lo necesita.

1. El perro anciano adoptado ya sabe educación

La vejez del perro no es una enfermedad, es solo una etapa más en la vida del can. Además, no todos los peludos amigos se hacen ancianos a la misma edad. Mientras que un can de gran tamaño se considera senior a los cinco años, un perro pequeño no entra en la vejez antes de cumplir los siete.

Los perros ancianos adoptados ya están educados para convivir con una familia humana

Muchos adoptantes ignoran, sin embargo, las múltiples ventajas que puede tener adoptar un perro anciano. El futuro dueño no tendrá que pasar por la difícil, y a veces incómoda tarea, de enseñar modales al cachorro.

«Los cachorros son encantadores pero, como los bebés humanos, también implican mucho trabajo. Sin embargo, los perros ancianos adoptados ya saben vivir en familia y conocen cómo comportarse», advierte, por su parte, el colectivo Pet finder, también volcado en la tarea de ayudar a los perros más mayores a encontrar la casa que merecen.

El peludo compañero que entra en su vejez ya sabe pasear con correa, ha aprendido que no debe comerse los muebles, respeta las plantas y no hace sus necesidades en el parqué de casa. Conductas que, sin embargo, todo perro pequeño e inexperto hace alguna vez, como mínimo.

2. El perro mayor adoptado sabe cómo comportarse

El envejecimiento del perro trae consigo cambios físicos y metabólicos que el propietario debe conocer. Pero, a cambio, la relación con un can en la vejez suele ser más sencilla que con un cachorro o un animal joven.

La gran mayoría de los perros de edad senior ya conocen qué han de hacer y cómo han de comportarse para pertenecer a una manada (la familia de adopción). Saben cómo agradar. Y su necesidad de cariño y gratitud es tan grande como su capacidad canina de dar amor.

3. El perro «abuelete» conoce la palabra «no»

El perro anciano adoptado que ya ha convivido con otra familia entiende las pautas de educación canina que recibe de su dueño mucho mejor que un cachorro o un perro joven.

Su disciplina es sin duda mayor: son perros maduros. «Los perros ancianos ya han aprendido a entender la palabra no, lo que supone una gran ventaja», añaden desde la plataforma SrDogs.

Otra de las ventajas de adoptar un perro anciano es que evitará algunas molestias propias de los perros más jóvenes, como la dolorosa dentición. Los cachorros mordisquean todo lo que tienen a su alcance durante esta etapa: zapatos, muebles, cestas de la ropa, puertas, etc. Un perro abuelo ya ha superado esta incómoda fase.

4. Un perro senior aprende más rápido

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Imagen: cielokatie

Adoptar a un perro de edad avanzada implica algunas ventajas de aprendizaje canino. El animal anciano se adaptará antes a los hábitos de su nueva familia humana, horarios y carácter que uno que no haya convivido nunca antes con personas, y haya que enseñarle desde cero.

La experiencia del peludo abuelete es una baza a su favor. «Un perro anciano adoptado generará menos problemas que uno más joven, porque son animales que ya han convivido en el entorno humano de una casa», apunta el colectivo Oldies club (el club de los ancianos), que fomenta la adopción de perros en Reino Unido a partir de los siete años de edad.

Los perros jóvenes, además, pueden sufrir cambios de comportamiento conforme crecen. Y en ocasiones, un simpático cachorro puede no serlo tanto cuando alcanza la edad adulta.

El adoptante de un perro anciano se evita sorpresas: conoce el carácter del animal desde el principio.

5. El perro «abuelo» es un gran compañero de fatigas

El can anciano será un gran compañero de su dueño, desde el primer día, de casi cualquier actividad que su amo le proponga. Los perros adoptados suelen ser más agradecidos, pues conocen el abandono. Y si son ancianos, aún más. Un can senior estará por lo general ansioso por complacer a su nueva familia, sobre todo si ha sufrido antes de su adopción.

Los perros ancianos han aprendido a disfrutar también de los periodos de tranquilidad en casa

Los perros de poca edad no están aún habituados al horario de los humanos, lo que incluye las horas nocturnas de descanso y las horas de calma en el hogar. «Los perros ancianos, sin embargo, han aprendido a disfrutar también de los periodos de tranquilidad en casa», añade la asociación Oldies club.

Un cachorro tiene ganas de jugar o hambre a horas intempestivas. Un perro en su vejez ya conoce estas reglas. Y permiten por ello, entre otras ventajas, dormir mejor.

6. El perro anciano adoptado no precisa ejercitarse tanto

Un perro es un compañero que ofrece amor sin dosificarlo. Pero, ¿qué sucede si no se dispone del tiempo suficiente que requiere un cachorro o can joven?

El ritmo de vida actual no siempre es compatible con los largos paseos diarios que requiere un peludo amigo. En estos casos, adoptar un perro anciano es una buena opción: no necesitará caminatas tan extensas como los perros jóvenes.

Un perro senior estará, por lo general, más que satisfecho con el tiempo que su amo pueda ofrecerle. Eso sí, también en el caso de los perros, cuanto más se da, más se recibe.

7. Todos merecemos una segunda oportunidad

El perro anciano que ha sido abandonado tiene más probabilidades de acabar sus días en una protectora o casa de acogida para animales que sus compañeros de menor edad.

Para un can en la vejez, compartir con una familia el tiempo que les queda es regalar tiempo de calidad, de cariño y de lealtad.

Adoptar a un perro anciano puede ser una experiencia inolvidable para el adoptante. Y dejará el recuerdo de una amistad verdadera, como solo saben ofrecer los amigos de cuatro patas.

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