Tras obtener los resultados de un examen toxicológico, el Gobierno chileno ha decidido adoptar medidas para evitar la masiva migración y muerte de cisnes de cuello negro por la ingesta de altas concentraciones de hierro.
Organizaciones ecologistas y parlamentarios habían denunciado desde noviembre la muerte de alrededor de 120 cisnes y la migración de otros 3.000 que habitaban en los humedales del Santuario de la Naturaleza «Carlos Anwandter», en Valdivia. Estos hechos provocaron que la Comisión Nacional del Medio Ambiente encargara un estudio para determinar el origen del fenómeno.
Tras la difusión del informe por parte de la Universidad Austral de Valdivia, se ha sabido que, de los 31 cisnes que fueron estudiados, todos presentaban altas concentraciones de hierro, padecían gastritis parasitaria y falta de alimento. El mismo documento estima que el hierro podría haberse acumulado en el tejido del «luchecillo», alga que es el alimento principal en la dieta de los cisnes de esa región.
Por otro lado, los investigadores también trabajan con la hipótesis de que «en reemplazo del luchecillo los cisnes estén consumiendo otro tipo de plantas, que podrían presentar una mayor carga de hierro».
Arauco-Constitución
Sin embargo los habitantes de la zona y los grupos ecologistas creen que la culpable es la planta de celulosa Arauco-Constitución. Ésta funciona desde principios de este año y descarga los residuos a 30 kilómetros del humedal. Estos podrían transportar desechos metálicos, como hierro y cobre.
Por su parte el Gobierno del país ha decidido «fortalecer el plan de fiscalización y control de la planta de celulosa», así como tomar medidas específicas para proteger a los cisnes, como vigilancia diaria de estas aves.
