Derretimos los glaciares: por qué es importante evitarlo

El impacto humano es el más fuerte impulsor de la desaparición de los glaciares en la actualidad, según un reciente estudio
Por Alex Fernández Muerza 1 de septiembre de 2014
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Imagen: Pablo Moratinos

Los glaciares de todo el mundo se derriten, y la influencia humana en este fenómeno es cada vez mayor, advierten los científicos. Mostrados como una imagen evidente del cambio climático, los glaciares tienen una enorme importancia ambiental y económica. Si el aumento de las emisiones de gases de efecto invernadero continúa, el retroceso de los glaciares se acelerará en las próximas décadas. Este artículo explica que los glaciares se derriten cada vez más por la acción del hombre, por qué estas masas de hielo son importantes y cómo son en Europa y España.

Los glaciares se derriten cada vez más por los seres humanos

En al menos los últimos 20 años, la influencia humana se ha convertido en el más fuerte impulsor del derretimiento de los glaciares. Así lo señala un reciente estudio publicado en la revista Science por científicos de la Universidad austriaca de Innsbruck y la canadiense de Trent, dirigidos por el investigador Ben Marzeoin.

El impacto humano en el derretimiento de los glaciares ha sido creciente, en especial entre 1991 y 2010
Los glaciares proporcionan la oportunidad de percibir el cambio climático: son en particular sensibles porque la temperatura de su superficie está cerca del punto de congelación / fusión. Cuando la pérdida de hielo, sobre todo en verano, es más grande que la acumulación de nieve en invierno, el balance de masa se vuelve negativo y el glaciar se encoge.

Los glaciares de todo el planeta han disminuido desde mediados del siglo XIX, cuando acabó la «Pequeña Edad del Hielo», un periodo frío que duró cinco siglos. Este retraimiento se debe a una mezcla entre la variabilidad climática natural entre el pasado y el presente y los factores antropogénicos (de origen humano). Ahora bien, el protagonismo de estos últimos ha sido creciente, en especial entre 1991 y 2010, advierte el equipo de Marzeoin.

Los científicos han utilizado modelos informáticos para simular la evolución de todos los glaciares del mundo fuera de la Antártida desde 1851 hasta 2010. En una de las simulaciones incluyeron solo factores climáticos naturales, como variabilidad solar y erupciones volcánicas, y en otra factores antropogénicos, como cambios en el uso de la tierra y emisiones de gases de efecto invernadero (GEI). Tras cotejar los datos, los investigadores descubrieron que las actividades humanas han influenciado el aumento del nivel del mar y la disponibilidad de agua en el siglo XX mucho más que en el siglo XIX.

Por qué son importantes los glaciares

Los glaciares tienen una enorme importancia para el planeta y los seres humanos por varias razones:

  • Son un recurso básico de agua dulce. Del 3% del total de agua dulce que posee la Tierra, el 64% está congelada en los polos y los glaciares.
  • Para las regiones de altitud inferiores actúan como «torres de agua». Son importantes reguladores del ciclo estacional del agua. En verano, el agua de deshielo de los glaciares contribuye al flujo de agua en los ríos y a mantener los niveles de agua para el riego, la producción de energía hidroeléctrica, el agua de refrigeración y la navegación. En países como Bolivia desempeñan un papel fundamental. El agua que discurre de los glaciares se traduce a través de las centrales hidroeléctricas en el 40% de la electricidad de dicho país.
  • Funcionan también como regulador climático. Reflejan entre el 45% y 85% de la luz del sol que llega del espacio, enfriando el planeta. Si el calentamiento global continúa, el planeta se calentará más, los glaciares se derretirán más, y así de forma sucesiva.
  • Su retroceso supone diversos impactos ecológicos y económicos. Aunque almacenan menos del 1% de la masa global de hielo, su derretimiento ha sido una de las principales causas del aumento del nivel del mar durante el siglo XX. Además, el retroceso de los glaciares a menudo conduce a la desestabilización de las laderas de las montañas y a la formación de lagos de agua de deshielo en forma de represas inestables, que incrementan el riesgo de desprendimientos de rocas, inundaciones catastróficas y daños en infraestructuras esenciales. Todos estos daños se cree que se intensificarán durante el siglo XXI debido a las pérdidas masivas continuadas.

Glaciares en Europa y España

El derretimiento de los glaciares es un fenómeno global, y Europa y España no se libran por tanto. La Agencia Europa de Medio Ambiente (AEMA) señala que la gran mayoría de los glaciares europeos están en retroceso y se augura que esta tendencia continuará en el futuro. En los Alpes han perdido cerca de dos tercios de su volumen desde 1850, con una aceleración clara desde la década de 1980. Se ha estimado que el volumen de los glaciares europeos podría disminuir entre un 22% y un 89% en comparación con la situación actual para el año 2100, dependiendo del grado de emisiones de GEI.

En España, solo la parte central del Pirineo posee glaciares. Se concentran en la cabecera de los valles de Tena, Ordesa y Benasque a partir de los 2.700 metros de altitud. Todos ellos se encuentran en recesión desde hace dos siglos. En las últimas décadas esta pérdida es cada vez mayor. La AEMA utiliza el de Maladeta como una de las referencias comparativas con otros glaciares europeos para ver su evolución. En este caso concreto, el balance de masa se traduce en una pérdida de 10.885 metros cúbicos de agua equivalente desde 1945 a 2010.

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