Comer de todo siempre que sea ecológico. Esta es la máxima de los ecotarianos. Estos consumidores recuerdan que sin un medio ambiente bien conservado no puede haber alimentos saludables. A continuación se explica qué son los ecotarianos, se ofrecen cinco consejos para convertirse en uno y se señalan los desafíos de la alimentación ecotariana.
Ecotarianos, alimentarse de forma ecológica
Los vegetarianos se alimentan de frutas, verduras, huevos, leche y algunos hasta de pescado. Los veganos, por su parte, evitan cualquier alimento que tenga un origen animal. Sus seguidores aseguran que es más ético y saludable que la alimentación convencional e, incluso, más ecológico.
«No se puede seguir una alimentación saludable en un planeta enfermo», asegura una experta en nutriciónSin embargo, vegetarianos y veganos puede que no sean del todo sostenibles y respetuosos con el medio ambiente. Un vegano puede comer tanto una fruta producida en su entorno como otra traída desde miles de kilómetros de distancia y envuelta en varias capas de embalaje plástico. La segunda opción sería mucho menos ecológica que la primera, porque se han gastado mucha más energía y emitido más gases de efecto invernadero en su transporte y almacenaje, y porque generará más residuos.
Diversas personas en todo el mundo utilizan el término «ecotariano» para destacar que la alimentación debe, ante todo, pensar en el medio ambiente. La nutricionista canadiense Janine Windsor explica por qué es necesaria una dieta ecotariana: «No se puede seguir una alimentación saludable en un planeta enfermo. Al cuidar la Tierra y nuestros cuerpos tomamos una decisión buena para nosotros y para el planeta».
Lloyd Alter, periodista ambiental de la web Tree Hugger, afirma que el concepto se acuñó en Oxford en 2006, y desde entonces se ha extendido. El Urban Dictionary, un diccionario especializado en términos nuevos creados por movimientos ciudadanos, define a los ecotarianos de dos formas. Por un lado, «alguien similar a los vegetarianos que pone el énfasis en los alimentos locales y ecológicos. Algunos pueden comer carne de animales silvestres, como el venado, si está disponible». Y por otro lado, «aquel que se abstiene de comer carne que no es de caza silvestre (come ciervo, pato, ganso, jabalí, etc., pero no carne de res, cerdo o pollo criados de forma industrial, etc.)
Lucy Siegle, columnista ambiental del diario británico ‘The Guardian’, señala que el «ecotarianismo» consiste en «comer los alimentos con la carga ambiental más baja, con el menor potencial de influencia en el calentamiento global y la menor posibilidad de echar a perder el planeta a través de la acidificación y la contaminación».
En Internet se pueden encontrar diversos seguidores de la alimentación ecotariana. Amy Martin escribe en su blog Confessions of an Everyday Ecotarian sobre los desafíos y los logros de seguir una dieta ecotariana diaria y ofrece consejos para ello.
Cinco consejos para ser un ecotariano
En realidad, no hay una norma que diga cómo debe alimentarse un consumidor para ser un auténtico ecotariano. En cualquier caso, al poner en común los diferentes principios que ofrecen las personas que hablan o practican el «ecotarianismo», surgen los siguientes cinco consejos:
Basarse en vegetales y legumbres sin renunciar a carne y pescado.
El ecotariano busca alimentos con la menor huella de carbono y la menor huella hídrica, es decir, que en su producción, procesado y transporte se utilicen la menor energía y agua posibles. Por ello, la base alimenticia del ecotariano son las verduras, los vegetales y las legumbres, en general menos intensivas en el uso de recursos que otro tipo de alimentos. Aunque no renuncia a comer carnes, pescados y otros productos de origen animal, sí los limita en su dieta diaria y se fija en cuáles de ellos tienen el menor impacto ambiental. Su dieta es por tanto muy similar a la de los «flexitarianos«, aunque las dosis limitadas de carne y pescado de los ecotarianos se basan en principios de sostenibilidad.
Primar los productos locales.
El transporte es una de las actividades que más impacto ambiental genera. Por ello, los ecotarianos consumen siempre que pueden alimentos producidos en su entorno cercano. En este caso, los ecotarianos comparten también principios con los «localtarianos«, personas que basan su alimentación en productos locales.
Consumir productos con etiquetado ecológico y de comercio justo.
Los productores de alimentos con certificados ecológicos y solidarios tienen especial cuidado con el medio ambiente.
Elegir alimentos sin excesivo empaquetado.
La misma fruta en su forma original puede tener un impacto ambiental mayor si se vende plastificada o empaquetada. En el mismo sentido, a la hora de ir a hacer la compra, el ecotariano prefiere las bolsas reutilizables frente a las de plástico de usar y tirar.
Seleccionar productos pensados para reducir, reutilizar y reciclar.
Los productos ecodiseñados, para que su consumo de recursos y su impacto ambiental una vez desechados sean menores, son los preferidos de los ecotarianos. Por ejemplo, para hacerse un café es preferible la clásica cafetera italiana que las que utilizan filtros o cápsulas de usar y tirar.
Desafíos de la alimentación ecotariana
Los ecotarianos se enfrentan a varios desafíos para llevar a la práctica su forma de alimentarse:
- Falta de concreción del concepto: no hay una guía estandarizada que concrete qué tipos de alimentos, en qué cantidades, de qué forma, etc. consumir. Tampoco hay unanimidad para referirse a lo «ecológico». Algunas personas solo consideran ecológicos los productos ecocertificados. Otras personas creen que un producto convencional también es ecológico si atiende la eficiencia de los recursos o la producción local. Un alimento transgénico podría ser ecológico si requiere menos terreno, menos agua, si es resistente a plagas, etc. que otro convencional. Al final, la decisión es personal y el límite lo pone cada uno, pero siempre será mejor hacer algo que nada.
- No hay una organización como en otros movimientos: los ecotarianos no han logrado organizarse como los vegetarianos o veganos, constituidos en un consolidado movimiento con asociaciones, actividades e iniciativas de todo tipo.