El calentamiento global pone en peligro la supervivencia de algunos anfibios

Puede alterar la dinámica de una enfermedad mortal en estos animales causada por un hongo que crece en su piel
Por EROSKI Consumer 12 de enero de 2006

El cambio climático amenaza con exterminar a algunas especies anfibias, según un informe que aparece publicado en el último número de la revista británica «Nature». Este trabajo revela que el calentamiento global puede alterar la dinámica de una enfermedad mortal en estos animales causada por un hongo que crece en su piel.

«El calentamiento del planeta está generando el caos entre las especies anfibias y causará asombrosas pérdidas para la biodiversidad si no actuamos rápido», señala el principal responsable del estudio, J. Alan Pounds, del Centro de Ciencia Tropical del Parque Natural de Monteverde (Costa Rica), quien recuerda que fue en 1990 cuando se detectó por primera vez la progresiva desaparición de los anfibios en hábitats protegidos.

Un caso especialmente preocupante es el de la rana arlequín. Al menos 110 tipos de rana arlequín vivían cerca de los arroyos en áreas tropicales de América Central y del Sur, pero dos tercios desaparecieron en las dos últimas décadas del pasado siglo. En los bosques de Costa Rica, por ejemplo, la rana arlequín de Monteverde desapareció a finales de los años 80, al igual que ocurrió con el sapo dorado, cuya extinción en esa área «fue la primera señal de la amenaza que se cernía sobre la supervivencia de esas especies», indica Pounds.

Hongo «chytrid»

Aunque la relación entre el cambio climático y la desaparición de algunas especies ya había sido planteado, el nuevo estudio aporta una prueba convincente y una teoría de cómo funciona. Según el análisis, la subida de las temperaturas de la tierra aumenta la nubosidad en las montañas tropicales, lo que tiene como consecuencia días más frescos y noches más cálidas, condiciones que favorecen el desarrollo del hongo «chytrid», responsable de una enfermedad mortal que afecta a los anfibios.

Este hongo, que crece y se reproduce mejor a temperaturas que oscilan entre los 17 y los 25 grados centígrados, resulta más letal para las ranas en las altiplanicies con temperaturas más frescas o durante el invierno. Las temperaturas extremas, tanto altas como bajas, pueden disminuir sus efectos, pero el calentamiento del planeta, que modera esas fuertes oscilaciones, activa su capacidad mortífera para los anfibios de esas latitudes, indica el estudio.

Los autores de la investigación advierten de que el mensaje de alerta trasciende a estos animales, ya que el calentamiento global y la aparición de enfermedades contagiosas que trae consigo son una amenaza real e inmediata para toda la biodiversidad y un reto para la humanidad. En este sentido, recuerdan que la reducción de emisiones de efecto invernadero podría limitar el número de especies en peligro de extinción.

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