Las seis mejores restauraciones ecológicas de España

España posee buenos ejemplos de iniciativas de restauración ecológica, aunque todavía queda mucho por avanzar
Por Alex Fernández Muerza 6 de enero de 2014
Img el saler hd

Recuperar ecosistemas degradados y dejarlos como antes. Es el objetivo de la restauración ecológica, una ciencia utilizada con éxito desde hace años en países como Estados Unidos. En nuestro país todavía no está muy extendida, según los expertos, aunque se pueden encontrar buenos ejemplos que demuestran las ventajas ambientales y económicas de este innovador sistema. Este artículo señala y explica, en orden alfabético, las seis mejores restauraciones ecológicas de España.

1. Devesa del Saler, Albufera de Valencia

Jorge Astorquia, organizador del I Foro de Restauración Ecológica «Creando Redes«, señala que hay pocos ejemplos de restauración ecológica en España, pero destaca algunos, como el de la Devesa del Saler, en la Albufera de Valencia. Llevado a cabo por el entonces Ministerio de Medio Ambiente, Medio Rural y Marino, se restauraron dunas costeras destruidas por los planes urbanísticos acometidos en la zona.

La restauración ecológica puede reactivar la economía de zonas sin actividad
El deterioro de las dunas es un problema ambiental y económico considerable. Los miembros de la Asociación Gaia para la conservación y gestión de la Biodiversidad explican que afecta de forma negativa a los recursos naturales y turísticos del lugar, al favorecer la erosión de las playas y aumentar la vulnerabilidad de casas, paseos, etc., frente a temporales. El proyecto de restauración consistió en recuperar la geomorfología de las dunas mediante captadores de arena, plantar especies vegetales de dunas para fijar la arena, acondicionarlo para uso público, con zonas de recreo, y crear campañas informativas y de educación ambiental para explicarlo a la población.

2. Ecosistemas de Alta Montaña, Cantabria

La desaparición de las abejas en los ecosistemas de alta montaña de la cordillera cantábrica tiene consecuencias «devastadoras», según los expertos de la Asociación Gaia. La producción de frutos silvestres se resiente y, con ello, el alimento clave de especies en peligro de extinción como el oso pardo o el urogallo. Para combatir este problema, el Fondo para la protección de los animales salvajes (FAPAS) comenzó en 2008 un proyecto de restauración ecológica en los municipios cántabros de Camaleño, Vega de Liébana, Cillórigo de Liébana, Cabezón de Liébana y Pesaguero. Se colocaron diez unidades móviles de polinización con veinte colmenas cada una para recuperar la apicultura y dinamizar la economía sostenible de la comarca.

3. Hábitats Prioritarios para los Anfibios, Comunidad Valenciana

Los pequeños puntos de agua dulce del interior de la Región de Valencia han desaparecido rápidamente en los últimos años. Las charcas temporales son cruciales para anfibios y una elevada diversidad de plantas e invertebrados. En 2005, la Consejería de Medio Ambiente, Agua, Urbanismo y Vivienda puso en marcha un proyecto LIFE para restaurar hábitats prioritarios para los anfibios en la Comunidad Valenciana que concluyó en 2008. Según la Asociación Gaia, se consiguieron varios logros, como 22 reservas de fauna, la restauración de 96 puntos de agua o el impulso de diversas campañas de educación ambiental y reuniones científicas internacionales.

4. Las Riberas, Almenara de Tormes en Salamanca

Roberto Ruiz, presidente de la Asociación de Ciencias Ambientales (ACA), destaca el proyecto de restauración ambiental y paisajística de Las Riberas (Almenara de Tormes, Salamanca), junto con la creación del Centro de Iniciativas Ambientales. Las 30 hectáreas de esta finca se explotaron durante más de dos décadas como gravera. Tras el cese de la extracción, los terrenos abandonados se utilizaron como vertedero descontrolado. En 2000, la Fundación Tormes-EB adquiere los terrenos en custodia y se han recuperado humedales y diversas especies de aves que anidan ahora en el lugar.

5. Minas de Almadén, Ciudad Real

La restauración ecológica puede reactivar la economía de zonas que hace años se quedaron sin su principal actividad. Los expertos de la Asociación Gaia señalan como ejemplo en dicho sentido la recuperación de las tierras de las antiguas minas de Almadén (Ciudad Real). Explotadas para la extracción del mercurio desde la antigüedad, se descontaminaron y recuperaron para utilizarse como campos de cultivo sin riesgo para la salud.

6. Quebraderos de la Serrana, Toledo

Jorge Astorquia nombra también la restauración ecológica de la cantera de los Quebraderos de la Serrana en Toledo. En este caso se trató de la restauración geomorfológica de una explotación minera ubicada en una «Zona de Dispersión e Importancia para el Águila Imperial«. Sus impulsores, la Universidad Complutense de Madrid y la empresa Construcciones Lozoya, corrigieron la alteración del relieve y repusieron suelos y vegetación para la recuperación del conejo, principal presa del águila imperial. Gracias a este proyecto, la empresa minera consiguió un estudio de impacto ambiental favorable para poder trabajar en el sector.

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