Electricidad del aire

Diversos sistemas podrían generar energía a partir del aire, prevenir los efectos de los rayos o transmitir electricidad sin cables
Por Alex Fernández Muerza 15 de septiembre de 2010
Img rayos
Imagen: Craig Jewell

Aire para generar y transmitir electricidad. Varios equipos de investigación internacionales han logrado prototipos que demuestran que no es una idea descabellada. Además de lograr energía, sus responsables aseguran que podrían evitar los daños causados por las tormentas eléctricas. No obstante, reconocen que todavía necesitan desarrollar más sus prototipos para que se generalicen entre los consumidores.

La electricidad del aire funciona

El investigador de la Universidad de Campinas (Brasil) Fernando Galembeck pretende transformar la electricidad de la atmósfera en una nueva fuente de energía alternativa y renovable para el futuro. Así lo ha dado a conocer durante la última reunión de la Sociedad Americana de Química (ACS).

Para ello, se basa en un sistema que ha bautizado como higroelectricidad, al extraer la energía de la humedad del aire. En experimentos de laboratorio, Galembeck y su equipo han dejado en un entorno de gran humedad pequeñas partículas de sílice y fosfato de aluminio, y han demostrado que pueden acumular cargas eléctricas y transferirlas a otros materiales. El experimento confirma así la idea de que las gotas de vapor de agua presentes en la atmósfera están cargadas de electricidad y no son neutras, como se pensaba.

Se podrían crear en el futuro colectores para capturar la higroelectricidad y aprovecharla en los hogares
A partir de este sistema, señala el científico, se podrían crear en el futuro colectores, similares a las células solares, para capturar la higroelectricidad y aprovecharla en los hogares y en los lugares de trabajo. Al igual que los paneles fotovoltaicos extraen más energía cuanta más luz solar hay, los colectores higroeléctricos alcanzarían su mejor rendimiento en lugares muy húmedos.

Galembeck afirma que también podrían ayudar a prevenir los efectos indeseados de las tormentas eléctricas, que causan miles de muertos y heridos y pérdidas millonarias en todo el mundo. La idea consistiría en colocar estos paneles higroeléctricos en los tejados de casas ubicadas en lugares donde las tormentas son frecuentes. Los paneles atraerían la electricidad del aire y prevendrían posibles descargas violentas en forma de rayos. Su equipo de investigación prueba diversos metales para identificar cuáles tienen más potencial para este objetivo.

El investigador de la Universidad de Campinas no es el único que quiere sacarle rendimiento eléctrico al aire. Fraser Armstrong, de la Universidad de Oxford, trabaja en una célula de biocombustible con dos electrodos cubiertos de enzimas hidrogenadas sensibles al oxígeno. Estos elementos, colocados en un contenedor de aire con una mezcla de 3% de hidrógeno han generado energía para aparatos electrónicos pequeños, como relojes de pulsera.

Transmitir la electricidad sin cables

Es el elemento que falta para que los consumidores se olviden de los cables y para que la sociedad inalámbrica sea una realidad. Al igual que se utiliza el aire para transmitir las ondas de radio, televisión, teléfono o Internet, algunos investigadores trabajan en dispositivos que eviten los cables eléctricos. La idea no es nueva: en el siglo XIX, el inventor Nicola Tesla experimentó con un sistema para transmitir la energía por las capas altas de la atmósfera.

En la actualidad, varios equipos de investigación pretenden hacer realidad el sueño de Tesla. En el Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT), Marin Soljacic y su equipo han logrado encender una bombilla de 60 vatios a dos metros del enchufe más cercano. Sus responsables se basan en un fenómeno físico conocido como resonancia y han llamado a su tecnología «witricity», una combinación de «wireless», que significa inalámbrico, y «electricity» (electricidad).

La «witricity» se basa en un fenómeno físico conocido como resonancia

La multinacional de los microprocesadores Intel dispone de un equipo de I+D que también trabaja en esta idea. Según sus responsables, se basan en el mismo desarrollo que el grupo del MIT, si bien han logrado una mayor eficiencia.

Desafíos de la electricidad aérea

Los impulsores de estos sistemas reconocen que todavía tienen un largo camino que recorrer antes de que se puedan comercializar. Para empezar, el sistema de Galembeck tiene un efecto cien millones más pequeño que el de cualquier célula solar. Marin Soljacic considera el trabajo del científico brasileño una buena área de investigación. Sin embargo, reconoce que el rendimiento obtenido le aleja por el momento de su uso en aplicaciones cotidianas.

Hywel Morgan, de la Universidad británica de Southampton, señala que Galembeck no ha descubierto nada nuevo. Desde hace tiempo se conoce un efecto similar, la triboelectricidad. En este caso, la carga eléctrica se genera al frotar lana sobre ámbar o gotas del vapor de agua entre sí (el origen de las tormentas eléctricas). Según Morgan, el equipo de Galembeck habría hecho en realidad una tribocarga.

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