Las emisiones de gases de efecto invernadero disminuyen en España por primera vez desde 1996

El uso de energías renovables supuso un ahorro del 2% de las expulsiones de CO2
Por EROSKI Consumer 10 de febrero de 2003

Las emisiones de los seis gases de efecto invernadero incluidos en el Protocolo de Kioto de lucha contra el cambio climático han disminuido en España por primera vez desde 1996. Los datos, referidos al año 2001, reflejan un descenso total del 1,49% con respecto al año anterior, lo que supone que durante ese año se dejaron de emitir a la atmósfera en torno a 5.000 kilotoneladas de dióxido de carbono (CO2), con lo que España se sitúa un 32,2% por encima de los niveles del año considerado base para estos cálculos, 1990. El descenso no es demasiado acusado y «no hay que cantar victoria», explica el director general de Evaluación y Calidad Ambiental del Ministerio de Medio Ambiente, Germán Glaría, pero sí supone un punto de inflexión que de continuar acercaría a nuestro país al objetivo fijado en el Protocolo de Kioto, que es necesario alcanzar en el quinquenio 2008-2012.

Hay que recordar que la UE se comprometió a disminuir para ese periodo las emisiones de seis gases de efecto invernadero, en especial CO2, en una media del 8%, teniendo cada país miembro unos objetivos diferenciados dependiendo de su situación de partida en 1990 y del desarrollo de su economía. Así, dentro de la llamada «burbuja comunitaria» a España se le permitió aumentar sus emisiones hasta un 15%, pues se consideró que la economía española estaba recuperando terreno respecto del resto de socios comunitarios. Sin embargo, con estos últimos datos, España se aleja aún un 17,2% de su compromiso.

Sustitución del carbón

Para Glaría, el cambio de rumbo se debe a dos motivos fundamentales. Por una parte, la sustitución del carbón por el fuel-oil y el gas en las centrales térmicas en servicio ha supuesto un descenso de las emisiones del sector energético de un 5,4% sobre el total. En términos absolutos estaríamos hablando de unas 5.500 kilotoneladas de ahorro, al tiempo que el uso de energías renovables (sin tener en cuenta la hidráulica) ha significado un ahorro de emisiones cercano al 2%, lo que a juicio de Glaría demuestra que el de las renovables es un sector incipiente.

El otro avance que ha permitido la reducción en los valores totales de emisión es la mejora de los procesos industriales y de combustión. En este apartado aparecen tres tipos de gases: los compuestos hidrofluorocarbonados (HFC), que se emplean fundamentalmente en equipos de refrigeración y aire acondicionado, extintores de incendios y aerosoles; los perfluorocarbonados (PFC), debidos sobre todo a la producción de aluminio, y el hexafluoruro de azufre, que se emplea en equipos eléctricos.

Las emisiones de estos gases han descendido en unas 3.000 kilotoneladas de unidades equivalentes de CO2, lo que sobre el total supone una reducción de un 1%, que en gran medida se debe a los PFC, pues ha mejorado mucho la tecnología en la producción del aluminio. En este sentido, Glaría cree que cuando sea totalmente efectiva la ley de Prevención y Control Integrado de la Contaminación (IPPC) en noviembre de 2007, que insta a unas 6.500 industrias a poner en marcha la tecnología más avanzada a su alcance, el descenso de emisiones en el sector industrial será mayor.

En cuanto al metano, procedente sobre todo de los vertederos, las emisiones se han mantenido estables, mientras que el sector que más ha inclinado la balanza en positivo, impidiendo que la reducción total fuera mayor, es el del transporte, que ha emitido 4.000 kilotoneladas más de CO2 que en el año 2000, con un aumento del 5%.

Sigue a Consumer en Instagram, X, Threads, Facebook, Linkedin o Youtube