Las corrientes oceánicas que ayudan a mantener el relativamente moderado clima del norte de Europa se están debilitando, según un estudio realizado en el Atlántico. Los nuevos datos, publicados en la revista «Nature», reflejan que el sistema de corrientes que traslada hacia el norte aguas cálidas y devuelve aguas frías a latitudes más meridionales se ha debilitado en un 30% desde 1957. Los investigadores, liderados por Harry Bryden, del Centro Oceanográfico Nacional en Southampton (Reino Unido), midieron con sensores la intensidad de estas corrientes a varias profundidades en el paralelo 25 de latitud norte durante el año 2004.
A pesar de que no encontraron cambios en la Corriente del Golfo -la que va de sur a norte llevando aguas cálidas cerca de la superficie-, sí hallaron otras modificaciones que reflejan que todo el sistema de circulación se está ralentizando. Estos cambios se hacen evidentes en la reducción en un 50% de la cantidad de aguas frías y profundas que fluyen de norte a sur. Y los investigadores han visto también un aumento del 50% en el volumen de agua que recircula en las regiones subtropicales sin haber alcanzado antes latitudes más altas, lo que refleja que ha bajado la cantidad de agua que completa todo el circuito del sistema de corrientes.
Simulaciones por ordenador ya reflejaban que el calentamiento global debilitaría la circulación oceánica que transporta calor de los trópicos a latitudes más altas del Atlántico. Este estudio viene a confirmarlo. Las implicaciones de estas observaciones son considerables: una caída de las temperaturas de hasta cuatro grados centígrados, con inviernos más duros y más zonas heladas en el Mar del Norte.