Expertos en vulcanología no descartan que se produzca próximamente una erupción volcánica «tranquila» en Tenerife, sin riesgo para la población, después de que se registraran cinco seísmos sucesivos de baja intensidad entre el 22 y el 29 de abril en la zona volcánica más activa de la isla.
Canarias, el área con actividad volcánica continuada más prolongada del planeta, ya que comenzó hace 60 millones de años, es también la única zona de España con vulcanismo activo y erupciones de lava.
Según dijo el director de la Estación Vulcanológica de Canarias, Juan Carlos Carracedo, los seísmos que se han registrado, todos por debajo de los 2 grados de magnitud en la escala de Richter, son algo habitual en el mar o en zonas que bordean el archipiélago. Sin embargo, es «poco corriente que esos seísmos coincidan en el interior de una isla y en una zona tan propensa a sufrir erupciones», como ha ocurrido en esta ocasión.
La actividad sísmica que viene registrando el Instituto Geográfico Nacional desde enero en el noroeste insular, confirma la tesis de que los terremotos en Canarias no tienen origen tectónico, sino que guardan relación con la actividad volcánica del subsuelo.
La posibilidad de futuras erupciones volcánicas se restringe, con una probabilidad del 90%, a las islas de La Palma, El Hierro y Tenerife.
En Tenerife destaca la dorsal noroeste de la isla, situada entre el Teide y Santiago del Teide. «Esta última fractura volcánica ha sido muy activa en los últimos 20.000 años, con erupciones cada pocos cientos o miles de años, la última de ellas en 1909», dijo Carracedo. Existe una probabilidad de entre el 60% y el 80% de que, de producirse una erupción, sea de peligrosidad casi nula y que origine un cono de piroplastos que podrían dispersarse en un radio de uno o dos kilómetros.
