Mónica V. Cristina, portavoz de Shale Gas España
El fracking es seguro, no hay que desinformar a los ciudadanos
- Autor: Por ALEX FERNÁNDEZ MUERZA
- Fecha de publicación: sábado 1 junio de 2013

“Hay mucha desinformación y mitos sobre el ‘fracking‘, porque su uso sostenible y seguro se garantiza por ley y las buenas prácticas de la industria”. Así lo destaca Mónica V. Cristina, portavoz de Shale Gas España, una asociación creada en fechas recientes por las empresas que quieren utilizar la técnica de la fracturación hidráulica en nuestro país. Cristina señala el gran potencial energético y económico del shale gas o gas pizarra extraído mediante “fracking”: en Estados Unidos y Canadá ha logrado casi un millón de nuevos puestos de trabajo en cinco años, además de reducir el precio del gas natural a la mitad. Las empresas estiman que los recursos prospectivos potenciales de gas (convencional y no convencional) en España equivalen a 70 años de consumo. La portavoz de Shale Gas España recuerda que los proyectos propuestos en las diferentes comunidades autónomas son para explorar las posibilidades reales y no para extraer, y asegura que el “fracking” no frena el desarrollo de las energías renovables, sino de otros combustibles fósiles más contaminantes como el carbón.
El shale gas, o gas pizarra, abre nuevas posibilidades energéticas. ¿Qué tiene de especial?
Es un gas natural como el usado en nuestras cocinas. Se denomina gas no convencional por estar atrapado en formaciones rocosas y arcillosas de muy baja permeabilidad, no porque tenga características nuevas. Las técnicas para extraerlo y explotarlo son las mismas que con el gas convencional, incluida la fracturación hidráulica, utilizada en los pozos de gas y petróleo convencionales desde hace décadas.
Cada vez más movimientos ciudadanos y ONG ecologistas cargan contra la fracturación hidráulica, o “fracking”. ¿Hay una alarma social injustificada?
Algunas comunidades autónomas españolas han prohibido esta técnica en su territorio. En otras que habían apoyado las investigaciones se retractan, o al menos, ya no sacan el tema. ¿Han intentado convencer a los responsables institucionales para que no se echen atrás?
La industria está comprometida a ofrecer información y respuestas a las administraciones, los ciudadanos o cualquier colectivo interesado. Países como Reino Unido, Alemania, Holanda o la misma Comisión Europea han llevado o llevan a cabo rigurosos estudios con expertos independientes para esclarecer cualquier duda. Es el camino que España debería seguir. Ha llegado el momento de abrir un debate serio, inclusivo, honesto y transparente, basado en hechos científicos contrastados y no en la desinformación.
Los detractores de esta técnica aseguran que destruye el medio ambiente, es nociva para la salud de las personas del entorno y no crea puestos de trabajo local, sino que incluso los destruye. ¿Están desinformados?
En EE.UU., el “fracking” moviliza un movimiento muy activo en su contra, incluso con documentales como ‘Gasland‘ y películas como ‘Tierra prometida‘. ¿Las dramáticas imágenes que muestran manipulan la realidad?
Tomemos el documental ‘Gasland’, por ejemplo. Una de las escenas más espectaculares muestra a un hombre abriendo un grifo de agua. Le acerca un mechero y surge una gran llamarada. Pocos saben que el metano del agua es similar al producido en los vertederos de residuos sólidos urbanos. Nada tiene que ver con el “fracking”. Así lo ha reconocido la autoridad estatal encargada de supervisar el aprovechamiento de los recursos naturales en Colorado. Tenemos que contrastar la información y tomar en cuenta los estudios o datos científicos actualizados.
¿Cree que la población no entiende en qué consiste esta técnica?
La fracturación hidráulica, o “fracking” en inglés, puede sonar como una técnica novedosa, pero se utiliza desde hace más de 60 años en cientos de miles de pozos de exploración y producción de hidrocarburos en todo el mundo, 300 de ellos en Europa. También se usa para el aprovechamiento de la energía geotérmica. Combinada con la perforación horizontal, la estimulación mediante fracturación hidráulica mejora la extracción de los hidrocarburos almacenados en rocas con baja permeabilidad, como el gas de esquisto.
¿Cómo se lo explicaría a alguien sin conocimientos técnicos?
Consiste en producir pequeñas fracturas en la roca para permitir que el gas fluya hacia el pozo y de ahí hasta la superficie. Para ello se inyecta agua y arena (99,5%) y una mínima porción de aditivos (cerca del 0,5%) a elevada presión y a gran profundidad (a más de un kilómetro). La fuerza del agua provoca grietas en el núcleo de la roca y los granos de arena ayudan a mantener abiertas estas fisuras para que el gas pueda fluir.
Los detractores del “fracking” destacan el peligro de los aditivos químicos por su capacidad para contaminar el entorno, como los acuíferos para abastecer de agua potable.
Se habla de cifras astronómicas, pero en realidad se utilizan hasta 12 aditivos diferentes, y en algunos casos dos o tres. Estos aditivos son corrientes en productos de limpieza del hogar o se emplean en la industria alimentaria. Por otro lado, deberán aprobarse y regularse por la legislación española y europea (REACH). Las técnicas de construcción de los pozos también han avanzado mucho.
¿Qué datos destacaría sobre el gas pizarra en el mundo?
¿Y en España?
Su potencial está insuficientemente explorado, de ahí el objetivo de los proyectos de investigación en marcha: conocer la riqueza del subsuelo. La industria calcula que los recursos prospectivos potenciales de gas (convencional y no convencional) equivalen a 70 años de consumo en España. Aunque son estimaciones, cantidades potencialmente recuperables, demuestran una oportunidad única para conocer mejor su potencial energético.
¿Cuándo se podría extraer ese gas?
En la actualidad nos encontramos en una fase de exploración, no de producción. Los proyectos pretenden investigar cuánto shale gas hay y la viabilidad técnica, económica y ambiental de su desarrollo. Esta fase puede durar de tres a cuatro años.
Algunos expertos aseguran que con el potencial de energías renovables desaprovechadas en España, no haría falta shale gas. ¿Qué opinan ustedes?
Es un falso dilema. El gas natural, el combustible fósil más limpio disponible hoy en día, complementa a las energías renovables: cubre las intermitencias de fuentes como la eólica o la solar y permite una fácil adaptación a los picos de demanda. La experiencia en EE.UU. demuestra que el desarrollo del shale gas no frena el desarrollo de las renovables, sino más bien de otros combustibles fósiles más contaminantes como el carbón.
¿Hay alguna otra técnica diferente al “fracking” que podría aprovechar el gas pizarra?
Aunque se investigan alternativas, hoy por hoy es la técnica que permite la extracción del gas de esquisto. Sin la fracturación hidráulica se estima que el 80% de la producción no convencional de gas no existiría. La fracturación hidráulica es una técnica probada. Se utiliza desde la década de 1940 en EE.UU. y de 1970 en Europa, y ha evolucionado mucho.
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