Seis consejos para disfrutar de una Semana Santa ecológica

Cualquier ciudadano puede vivir una Semana Santa verde a través de unas sencillas recomendaciones
Por Alex Fernández Muerza 5 de abril de 2012
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Imagen: Towle Neu

El medio ambiente no se va de vacaciones. En Semana Santa, los ciudadanos pueden asumir varias recomendaciones sencillas para disfrutar de estos días sin olvidarse de su entorno. Ser conscientes del impacto ambiental de nuestros hábitos o viajar a ambientes naturales sin dañarlos son algunos de ellos, pero hay más. Este artículo ofrece siete consejos para comportarse de forma ecológica durante la Semana Santa.

1. La palma o los huevos de Pascua, ecológicos

La naturaleza permite disfrutar de gran cantidad de planes que se pueden hacer durante Semana Santa
La tradición de llevar palmas el Domingo de Ramos tiene varios impactos ambientales. En Colombia han llegado a imponer sanciones económicas y hasta pena de cárcel si se utilizan, porque la palma de cera del quindío (Ceroxylon quindiuense) es una especie endémica en peligro de extinción. Su desaparición afecta además a animales como el loro orejiamarillo, la iguana, la tortuga icotea o el águila cuaresmera, ya que les sirve de cobijo. Las autoridades promueven sustituirla con pañuelos, flores o mazorcas de amero.

Los huevos de Pascua pueden proceder de granjas ecológicas y la pintura para decorarlos puede basarse en ingredientes naturales. Otra opción son los huevos decorativos reutilizables que se pueden hacer en casa de varias maneras.

2. Viajar de manera sostenible

Si se viaja durante estas vacaciones, al evitar el coche privado y sustituirlo por el transporte público reducimos nuestro impacto ambiental. Ahora bien, si no hay alternativas viajes, se puede utilizar el vehículo siempre con una forma de conducción eficiente que, además de disminuir la contaminación, ahorra dinero.

La forma más sencilla de ser ecológicos en vacaciones, y de paso también ahorrar, es no salir fuera del entorno habitual. Se puede disfrutar así de lugares o actividades que las acciones cotidianas no lo hacen factible y que, además, puede tener un componente ambiental, como visitar un jardín botánico o un museo de la naturaleza.

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Imagen: Luis Ehlen

3. Elegir destinos de turismo ecológico

El turismo ecológico, o ecoturismo, propone servicios cada vez más variados, desde lo más especializado, como el turismo para observar avesbirdwatching«), hasta el más de aventura, para amantes del deporte de naturaleza y aventura, pasando por el destinado a disfrutar de un merecido descanso. A la hora de elegir, hay que fijarse en los establecimientos con certificados específicos, como Bio-Hotels, ISO, EMAS o el Ecolabel europeo, o acudir a webs especializadas, como la de la Agrupación Empresarial de Ecoturismo Responsable (Turebe) o Ecotur, de la Fundación Ecoagroturismo.

4. Disfrutar de los espacios naturales sin dañarlos

La naturaleza permite disfrutar de gran cantidad de planes que se pueden hacer durante Semana Santa: visitar un Parque Nacional, observar especies de aves únicas, adentrarse en bosques y montes de gran belleza y riqueza natural, ir a por setas, etc. Sea cual sea el lugar elegido, es imprescindible comportarse de manera ecológica, para evitar su deterioro: utilizar un medio de transporte sostenible, respetar las indicaciones y normas del espacio natural, no hacer fuego, no arrojar residuos y recogerlos para su reciclaje, no molestar a las especies autóctonas ni introducir especies invasoras, etc.

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Imagen: Serge Saint

5. Marchar de casa sin perjudicar al medio ambiente

Antes de salir de casa, conviene asumir unos cuantos consejos que ayudarán a ahorrar dinero y conservar el medio ambiente: desenchufar los aparatos electrónicos, revisar la nevera, apagar el calentador, observar los grifos, no dejar basuras, evitar saturar el buzón y no abandonar a las mascotas, etc.

6. En Semana Santa, también las «siete erres»

El medio ambiente no se va de vacaciones y, por ello, aunque nos tomemos unos días para descansar y relajarnos, no hay que olvidarse de continuar con los hábitos ambientales resumidos en las «siete erres» del consumidor ecológico: reflexionar antes de consumir algo; rechazar productos o actividades no ecológicas (como los productos de «usar y tirar»); reducir para emplear solo lo necesario, en especial recursos básicos como el agua, la energía o los alimentos; reutilizar para dar una mayor vida a los productos; reciclar para aprovechar los materiales; redistribuir los bienes para combatir los desequilibrios; y reclamar a empresas e instituciones actuaciones para mejorar el medio ambiente.

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