¡Manos a la obra contra el despilfarro de comida!

Tirar comida es una práctica que retrata a las sociedades menos maduras y más insolidarias. La Semana contra el Despilfarro de Alimentos es buen momento para decir no a esta pésima costumbre
Por Javier Cruz 9 de diciembre de 2019

Un tercio de los alimentos producidos para el consumo humano se pierde o se desperdicia en todo el mundo, lo que equivale a cerca de 1.300 millones de toneladas al año, según datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). Por desgracia, España brilla con luz propia en este sonrojante ranking. El año pasado, un muestreo del Ministerio de Agricultura sobre 4.000 hogares evidenció un despilfarro de 1.339 millones de kilos de alimentos y bebidas, casi un 9 % más que el año anterior. Si tenemos en cuenta que en nuestro país el número de casas supera con creces los 18 millones, es solo cuestión de echar cuentas con una calculadora. Acumulamos derroche sobre derroche. El 84 % de los desperdicios corresponde, además, a productos sin utilizar: tal y como se compraron se tiraron. Los alimentos cocinados representan una cifra exigua del volumen que acaba en la basura. Pero podemos revertir esta tendencia. Sigue leyendo.

Los números, pese a ser tan rotundos, no arreglan nada y pueden incluso tener un efecto paralizador. Las iniciativas prácticas sí contribuyen a afrontar el problema, y entre ellas destaca la Plataforma de Euskadi contra el Despilfarro Alimentario, impulsada por Elika, la Fundación Vasca para la Seguridad Agroalimentaria, y que está integrada por varias administraciones vascas, universidades y centros de investigación, organizaciones sociales y operadores de la cadena alimentaria. Son ya más de 60 las entidades adheridas al proyecto.

La plataforma aspira a ser una fuente de sensibilización sobre el problema del despilfarro alimentario. Para ello, se han trazado unas líneas de acción que incluyen la elaboración de guías, la propuesta de desarrollo normativo y el fomento de la investigación, así como la divulgación, mejora y transparencia sobre el uso de los alimentos y sus residuos. En definitiva, su vocación es poner a disposición de los ciudadanos un repertorio de buenas prácticas para minimizar el desecho de alimentos.

Manifiesto contra el desperdicio de alimentos

La plataforma es autora de un manifiesto contra el despilfarro alimentario en Euskadi, donde se está elaborando un diagnóstico cuantitativo del alimento que se desperdicia. Como punto de partida, se maneja una cifra de 350.000 toneladas al año despilfarradas en esta comunidad. El manifiesto señala que “el reto de lograr la prevención, la reducción, la reutilización y la revalorización de los excedentes alimentarios únicamente es posible a través de la colaboración, participación e implicación de toda la sociedad, no solo de las administraciones públicas”. Según este documento, “en el conjunto de la Unión Europea, 88 millones de toneladas de alimentos acaban en la basura. La producción y eliminación de estos alimentos provoca la emisión de 170 millones de toneladas de CO2”.

Este conjunto de preocupaciones cristalizará en la Semana contra el Despilfarro de Alimentos en Euskadi, que se celebrará del 9 al 15 de diciembre, impulsada por la propia plataforma. Según los organizadores, “las fechas previas a las fiestas de Navidad son muy apropiadas para sensibilizar a la ciudadanía hacia un consumo y unas compras responsables y planificadas con el fin de reducir el despilfarro alimentario”.

De ahí que hayan dirigido un llamamiento a todos los municipios vascos para incorporarse a la plataforma y realizar acciones en favor de una mejor gestión de los alimentos. Todos los particulares están invitados a integrarse en este foro orientado a crear conciencia sobre el derroche injustificado de alimentos. En este sentido, se anima a los municipios a la organización de charlas, conferencias y concursos de fotos contra el despilfarro de alimentos, a la distribución de folletos y, en general, a concienciar sobre la magnitud de este problema en un planeta en el que 850 millones de personas pasan hambre.

Más cifras para tomar conciencia

Manzanas campo

Imagen: Jill Wellington

Solo con la cuarta parte de los alimentos despilfarrados se cubrirían las necesidades nutricionales de esta población que está en una situación desesperada. Tal y como indican en la Plataforma contra el Despilfarro, “se considera desperdicio de alimentos el conjunto de productos alimenticios descartados de la cadena agroalimentaria que siguen siendo perfectamente comestibles y adecuados para el consumo humano y que, a falta de posibles usos alternativos, terminan eliminados como residuos”.

La lucha contra el desperdicio alimentario se encuadra en los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. En concreto, el objetivo 12.3 pretende, para el año 2030, “reducir a la mitad el desperdicio de alimentos por habitante correspondiente a los niveles de la venta al por menor y el consumidor y reducir la pérdida de alimentos a lo largo de las cadenas de producción y suministro”.

Para la consecución de estos objetivos, en Euskadi se está trabajando en seis iniciativas, desde favorecer circuitos cortos de comercialización hasta la incorporación de productos locales en comedores colectivos, incluyendo líneas de investigación sobre producción sostenible de alimentos.

En el contexto de la comunidad, la lucha contra el despilfarro alimentario es una consecuencia lógica de las directrices del IV Programa Marco Ambiental 2020, en el que se han identificado seis áreas de trabajo. Una de ellas es la Alimentación Circular, que pretende “consolidar en el País Vasco un nuevo modelo agrario respetuoso con el medio ambiente que promueva y facilite conductas alimenticias responsables”.

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