Los científicos estadounidenses Sean N. Raymond, Avi M. Mandell y Steinn Sigurdson han publicado un estudio que determina que el 34% de los planetas gigantes descubiertos más allá del Sistema Solar podrían albergar mundos «muy parecidos» a la Tierra. Algunos de ellos, según publica la revista «Science» en su último número, estarían cubiertos de profundos océanos, con potencial suficiente para albergar algún tipo de vida.
La conclusión de que probablemente haya mundos similares a la Tierra fue extraída de simulaciones informáticas a partir de discos protoplanetarios teóricos con más de mil cuerpos de rocas, hielo y hasta de lunas. Las condiciones iniciales de cada modelo se basaron en las hipótesis sobre la formación de planetas en el Sistema Solar a lo largo de 200 millones de años.
Los investigadores determinaron a partir de esta herramienta que uno de cada tres conjuntos planetarios pudo haber evolucionado en «zonas habitables», como la de la Tierra. «Creo definitivamente que hay planetas habitables», indicó Raymond – investigador de la Universidad de Colorado- aunque advirtió de que «cualquier tipo de vida en esos mundos podría ser muy diferente a la nuestra».
El informe se centra en un esquema planetario diferente al del Sistema Solar, que contiene una serie de astros conocidos como «Júpiters calientes». Se trata de una concatenación de mundos cuyas órbitas se encuentran muy cerca de sus estrellas padre. El estudio demuestra que el 40% de ellos se encuentra a una distancia mucho más corta que la que separa Mercurio del Sol. Ésta es precisamente una de las características que ha sorprendido a los investigadores, porque los planetas gigantes suelen formarse con mucha más facilidad en ambientes fríos.
«Creemos que existe un nuevo tipo de planetas cubiertos por océanos y que posiblemente sean habitables en sistemas solares diferentes al nuestro», aseguró ayer Sean Raymond. Hasta ahora, los expertos suponían que los «Júpiters calientes» arrastraban consigo material protoplanetario, el cual era expulsado del sistema, «pero los modelos indican que estas ideas estaban probablemente equivocadas», rebatió.