Una hembra de lince consigue criar en Doñana a cuatro cachorros en tres años

Este hecho, insólito entre poblaciones donde escasean los conejos, alumbra un rayo de esperanza para la conservación de esta especie
Por EROSKI Consumer 15 de octubre de 2004

El escaso éxito de la reproducción en cautividad del lince ibérico ha llevado a los biólogos a apostar por intervenir de forma directa en el medio. En la Reserva Biológica de Doñana (donde los linces ocupan 5.204 hectáreas de matorral) se van a instalar 30 bebederos de agua, 35 truecas (o madrigueras de cría que reproducen troncos huecos de árboles), 20 cercados de cinco hectáreas para repoblar de conejos la zona, así como 30 recintos con conejos vivos para ayudarles en su alimentación. El biólogo Francisco Palomares habló ayer en Bilbao sobre estos trabajos de urgencia y desveló que, dos años después de la puesta en marcha del programa de alimentación suplementaria, «Melody», una de las hembras, ha sido capaz de sacar adelante a cuatro cachorros en tres años, un hecho insólito entre poblaciones donde escasean los conejos.

«Hemos parado el declive, pero hemos tenido que intervenir. Nos enfrentamos a cinco años críticos. Se nos acaba el tiempo», alertó el biólogo. Los nueve recintos cercados preparados ya en Doñana se disimulan con pantallas de ramas de brezo, tienen 1,30 metros de altura para evitar el acceso de zorros o meloncillos, y disponen de una rampa desde la que los linces pueden acechar y atacar a los conejos colocados en un vivar artificial. «La idea es que los cachorros aprendan a cazar acechando y saltando y enseñados por sus madres», señaló Palomares.

Asimismo, los trabajadores de la Reserva van a ayudar en la cría de conejos mediante el cercado de algunas áreas para que no sean atacados. También se prevé instalar madrigueras artificiales a 30 centímetros de altura que no se inunden con las lluvias.

Los enemigos del lince siguen siendo la falta de conejos (mermados por las enfermedades), la degeneración y disminución de su hábitat, y su alta mortalidad. «Menos que hace 20 años, pero se les sigue matando si salen del Parque», apuntó Palomares.

El objetivo en la Reserva Biológica es pasar de los 5 linces de ahora (las hembras «Melody» y «Lucía», el macho «Naty II» y dos cachorros, «Pavón» y «Jabata II», además de un posible tercer pequeño) a unos 20 residentes, capaces de sacar adelante una docena de cachorros al año. Con esas cifras, las posibilidades de supervivencia del lince se multiplicarían por seis.

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