Vertidos ilegales de otros barcos se suman a la marea negra provocada por el «Prestige»

Francia enviará un mini submarino para estudiar el estado del buque hundido
Por EROSKI Consumer 23 de noviembre de 2002

La limpieza ilegal de buques en alta mar provocó alguna de las manchas que afectaron ayer a las playas del entorno de Ferrol, según explicaron integrantes del centro de coordinación, que resaltaron que los análisis demuestran que no se trata del mismo tipo de hidrocarburo que el vertido por el «Prestige» antes de hundirse frente a las costas de Galicia. Otra de las grandes masas de contaminación que se acercan al sur del litoral gallego también podría proceder del vaciado de los tanques de algún otro de los 600 buques que navegan a diario por uno de los corredores marítimos más concurridos del mundo.

Varias organizaciones ecologistas confirmaron ayer que este tipo de prácticas suele ser habitual cuando se producen catástrofes similares a la que soporta el litoral de Galicia, y recordaron que la marina francesa tuvo que desplegar varias unidades para vigilar a los barcos que transitaban por sus aguas cuando se produjo el accidente del «Erika».

Un fortísimo temporal, con vientos que en ocasiones superaban los 110 kilómetros por hora, desplazaba ayer a gran velocidad varias placas de combustible por las aguas próximas al litoral costero de la provincia de Lugo, que hasta ahora permanece incólume y acercaba aún más a la costa las dos grandes concentraciones de combustible que la amenazan, aunque parece que disminuye el riesgo para las Rías de Arousa, Pontevedra y Vigo. El mal estado del mar, con olas de ocho metros, que superaron los muros que protegen Muxía para teñir de negro los árboles, bancos y casas de su plaza mayor, obligó a atracar en puerto los buques de lucha contra la contaminación.

La nueva dirección de las manchas ha acrecentado la alarma en el Gobierno francés, que teme que las secuelas del mayor desastre ecológico sufrido por Galicia afecten a su litoral. Francia enviará un minisubmarino para tomar imágenes de la situación del Prestige, que reposa en el lecho marino a 3.600 metros de profundidad. Todo ello pese a que el vicepresidente del Gobierno, Mariano Rajoy, negó ayer que haya evidencias de que se han producido nuevos vertidos desde que el petrolero se fue a pique, aunque la marina portuguesa ha avisado de la aparición de cuatro nuevas manchas de hidrocarburos en la zona.

Riesgo «muy alto»

La ministra gala de Medio Ambiente, Roselyne Bachelot, reconoció ayer que el riesgo de que la marea negra llegue a sus costas «es muy alto», evidenciando así las dimensiones dantescas de la catástrofe, cuyas consecuencias podrían ser aún peores que el hundimiento en Alaska del «Exxon Valdes».

Según las últimas informaciones, el combustible ya ha afectado a cerca de 400 kilómetros, más del 20% del extenso litoral costero de la comunidad. La Xunta de Galicia extendió ayer la prohibición de recoger percebe a Porto do Son, una localidad en el sur de la Ría de Muros, con lo que se aproximan a los 5.000 los trabajadores del mar afectados por las restricciones a la pesca y marisqueo. En cuanto a la situación de la marea negra, el primer vertido se ha dividido en tres grandes manchas situadas respectivamente en la zona de Corcubión, a entre 30 y 60 millas de Finisterre y en torno a las islas Sisargas. Mientras, continúan acercándose a la costa las entre cinco y seis mil toneladas de fuel que se derramaron al partirse el barco en dos antes de hundirse.

El presidente de la Xunta, Manuel Fraga, que ayer realizó su segunda gira por las comarcas afectadas, subrayó que «las Rías Bajas son las que están más seguras en este momento», y anunció que ya están tomadas todas las medidas de precaución por si un cambio en la dirección del viento modificara la situación.

Ayudas

Fraga explicó que su gabinete dispone de la maquinaria administrativa adecuada para que se cumplan «al pie de la letra»las ayudas anunciadas de 40 euros para cada trabajador del mar; defendió la coordinación de las tareas de protección y limpieza del litoral, «aunque todo es mejorable», y resaltó «el esfuerzo considerable que se está haciendo, «no hay país en el mundo que pueda atender una emergencia como ésta».

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